“Inquirid ahora, y mirad si el varón da a luz; porque he visto que todo hombre tenía las manos sobre sus lomos, como mujer que está de parto, y se han vuelto pálidos todos los rostros.”, (Jeremías 30:6).
Este versículo forma parte de un contexto que muestra la agonía y el terror por el que pasó el pueblo judío al ser llevado al cautiverio. Los invasores, quemaron las ciudades de Judá, destruyeron el Templo, violaron a las mujeres, mataron a los niños y a los ancianos, y se llevaron a los más jóvenes como esclavos. En todas partes, solo se veía muerte y destrucción. La metáfora usada, los comparaba con las mujeres en trabajo de parto, muestra la agonía y la fragilidad en la que se encontraban. Estaban totalmente entregados a la voluntad de sus enemigos.
“Manos sobre sus lomos” significa tener miedo de luchar, conformarse y ser pasivo frente a los problemas. Hay muchos hombres que se entregaron a sus debilidades, y desistieron de luchar por sus objetivos. Quieren ser exitosos profesionalmente, respetados, pero dejan escapar las oportunidades porque tienen miedo de actuar.
Estamos en una guerra espiritual, por eso la persona avanza y vence o verá como el mal se lleva lo que es suyo. ¿Usted es del tipo de hombre que transforma los azadones en espadas? ¿O su rostro está pálido por el miedo y la duda? Dios está buscando valientes, de los más fuertes, ¡y en el Altar es donde ellos aparecen!