Consejos que pueden transformar la vida cotidiana de la familia en una gran escuela
Un estudio realizado por el Institute for Brain and Learning Sciences de la Universidad de Washington, en los Estados Unidos, afirma que los niños tienen facilidad para aprender más de un idioma aún en el primer ciclo de vida.
De acuerdo con los investigadores de la entidad, el mejor aprendizaje de lenguje ocurre hasta los siete años de edad. Después de esa fase, hay una inclinación sistemática en el desarrollo del lenguaje, que se vuelve aún más crítico después del período de la pubertad.
Además, según la investigación, los niños del mundo entero pueden distinguir los sonidos en todas las lenguas, independientemente del país en que ellos estén. Eso cambia positivamente el cerebro de ellos.
Para que ese efecto sea notado de manera más significativa, es necesario que una persona – padre, madre o profesor – hable directamente con el niño, en lugar de hacerlo oír el audio o ver la imagen transmitida por radio o televisión.
El relevamiento refuerza que los adultos aprenden un idioma por asociación y comparación, porque poseen uniones neuronales más “cristalizadas”. Depemden de un parámetro lingüístico para que la lengua extranjera sea comprendida o adquirida.
En el caso de los pequeños, las construcciones mentales son diferentes y adquiridas por un “filtro” con menos bloqueos. “Nada impide que los padres inventen juegos y otras actividades en la lengua extranjera, para que tengan momentos placenteros con sus hijos. Hay muchos sitios con ideas acerca de cómo desarrollar la lengua extranjera en casa con las criaturas”, indica Pedro Hernandez, coordinador de la Maple Bear Escuela de Idiomas.
Para ayudar en este proceso, la asesoría de la escuela enumera algunos ejemplos capaces de unir enseñanza y diversión.
Comidas
Los “juegos” pueden comenzar durante las comidas. Alguien de la familia puede decir los nombres de los alimentos y de las bebidas en la lengua extranjera. El niño puede tocar, experimentar y saborear esos alimentos, identificando los nombres que, posiblemente, ya aprendió en la escuela. Es también una oportunidad de aprender nuevas palabras.
Tránsito
Cuando estuviere con su hijo en el tránsito, describa colores, ropa, vehículos y carteles de señalización. Unir el desplazamiento por las calles con la conversación en otro idioma extranjero hará que el niño memorice mejor las palabras enseñadas por los padres.
Historias
Lea historias en la nueva lengua para sus hijos a la hora de dormir. Ellas poseen muchas ilustraciones que despiertan la atención del niño, ayudandolo en la comprensión del significado de la historia.
Actividades Físicas
Haga actividades físicas con su hijo y vaya diciendo los nombres de partes del cuerpo, de los ejercicios que son realizados y de los objetos utilizados. Viviendo el idioma, el niño aprende mucho más y se acordará con más facilidad, pues el aprendizaje está unido a un momento placentero.
Películas y televisión
Deje a los niños mirar películas y dibujos animados habladas en la lengua extranjera. Los dibujos, especialmente, llamarán bastante su atención con su música de fácil memorización que incrementa el vocabulario.
Álbum de la familia
Muestre las fotos de los álbumes de la familia y, con cada foto, cree oportunidades para que las palabras relativas a ese universo como “mother” (madre) y “son” (hijo), por ejemplo, puedan venir al caso. El niño logrará relacionar el grado de parentesco entre los miembros de la familia en la lengua extranjera con mayor facilidad.
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