“Estoy en la Universal hace un año, soy diezmista, pero tengo la impresión de que cada vez me hundo más. Tengo un local de ropa femenina hace dos años y lo increíble es que, cuando no iba a la iglesia, las ventas eran buenas, ahora estoy endeudada. Voy a perder mi negocio porque no tengo forma de pagar el alquiler y al empleado. ¡No sé que más hacer, ayúdeme!” – Amiga.
Respuesta:
Usted dice que es diezmista fiel, entonces, ¿por qué aún está en esta situación? Deje de mirar hacia las circunstancias y comience a exigirle a Dios la respuesta, pues fue Él quien dijo: “… probadme ahora en esto, dice el Señor de los Ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.”, (Malaquías 3:10).
Probar a Dios es cuando la persona se lanza sin desconfianza, sin miedo y hace lo mejor para Él, o sea, devuelve el diezmo y da sus ofrendas y sus votos de sacrificio, y Él devuelve con bendiciones sin medida. Dios es feliz cuando ve que la persona se entrega de verdad, ¡pues es una prueba de que cree en Él! ¡Permanezca en la fe!
(*) Pregunta respondida por Valéria Silva
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