El Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires advirtió que el mal uso del aire acondicionado incrementa el riesgo de infecciones y broncoespasmos, sobre todo en lactantes, asmáticos, enfermos de EPOC y alérgicos.El ministro de Salud provincial, Alejandro Collia, recomendó a la población tomar algunas precauciones “dado que a esta altura del año suele hacerse abuso del aire acondicionado, lo que puede exacerbar las crisis respiratorias en enfermos crónicos y lactantes”.
Por su parte, el jefe de Neumonología del hospital provincial San Juan de Dios de La Plata, Andrés Echazarreta, sostuvo que “para trabajar, descansar, realizar tareas domésticas y otras actividades el aire acondicionado es reconfortante y ayuda a prevenir cuadros graves como el de golpe de calor o los descensos abruptos de presión”.
Sin embargo, aclaró que la vía aérea tiene un mecanismo de calentamiento que le viene dado por los vasos sanguíneos que la envuelven. “Cuando la temperatura del ambiente difiere demasiado de la temperatura de la vía aérea se generan las condiciones que favorecen el crecimiento bacteriano y el desarrollo de infecciones respiratorias”, agregó Echazarreta.
Por eso, los especialistas del Ministerio de Salud coinciden en no utilizar el aire acondicionado para refrigerar sino, justamente, para ‘acondicionar’ el ambiente: la idea es que no haya una amplitud térmica exagerada entre el exterior y el interior. Lo ideal, afirman, es mantenerlo entre los 23 y 25 grados.
Las temperaturas demasiado bajas provocan la inflamación de las vías aéreas superiores y esto suele generar sinusitis, laringitis, bronquitis y, en casos más severos, neumonías.
Mayor riesgo
En las personas con Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), alérgicos y asmáticos, quienes tienen una flora bacteriana diferente y son especialmente sensibles a los cambios de temperatura, el mal uso del aire exacerba los síntomas e incrementa el riesgo de crisis respiratorias que requieren atención de emergencia.
“Además de enfriar, el aire acondicionado seca el ambiente”, agregó Salvador Pace, director asociado del hospital provincial Cetrángolo, de Vicente López, especializado en enfermedades respiratorias.
El especialista completó que “ese aire frío y seco reduce las secreciones mucosas e inflama la vía aérea superior, es decir, garganta, nariz y laringe, y esto genera cuadros inflamatorios como faringitis y rinosinusitis”. A su vez estos cuadros inflamatorios crean mejores condiciones para el desarrollo de gérmenes e infecciones.
Cómo dormir
Si bien los neumonólogos no desaconsejan el uso de aire acondicionado para dormir, apuntan algunas recomendaciones para evitar enfermarse o bien amanecer con dolor de garganta, dificultad para respirar, estornudos y mucosidad.
“Cuando uno se duerme el cuerpo se enfría, por eso no hay que bajar demasiado la temperatura del aire acondicionado”, agregó Pace y recomendó mantenerlo a 24 grados y en la modalidad ‘FAN’ o ventilador, que es la de menor salida de aire.
Los bebés requieren un cuidado especial porque aún no desarrollaron los mecanismos de regulación de la temperatura corporal. “A esto se suma que por las noches suelen moverse y destaparse completamente, por eso, si el aire está a menos de 24 grados pasarán frío”, explicó Estela Grad, referente en infecciones respiratorias del ministerio de Salud provincial, y agregó que esto predispone a contraer virosis.
Grad agregó que, por todo esto, conviene que aunque sea verano los bebés duerman al menos “con una remera y una sábana liviana”.
Cómo usar el aire acondicionado
– Mantener el aire acondicionado entre los 23 y 25 grados. Si hay mucha diferencia con el afuera u otros ambientes las mucosas se secan e inflaman lo que provoca dolor de garganta, estornudos, congestión nasal y mayor riesgo de infecciones.
– Por debajo de los 24 grados aumenta el riesgo de exacerbación de los síntomas en personas con EPOC, alergias o asma.
– Para dormir conviene utilizar el modo FAN o ventilador que es el de menor salida de aire.
– En los ambientes con aire acondicionado los bebés deben utilizar siempre una remera y para dormir una sábana.
– Salir siempre con algún abrigo para evitar cambios bruscos en caso de ingresar a un ambiente refrigerado en exceso.