El pasado domingo 26 de abril, el canal brasileño SBT puso al aire una emisión especial de su programa “Conexão Reporter”, conducido por el periodista Roberto Cabrini. En esta ocasión, el entrevistado fue el obispo Edir Macedo, fundador y líder de la Iglesia Universal del Reino de Dios.
En un programa que duró poco menos de 90 minutos, Cabrini viajó a la ciudad en la que el obispo nació hace ya 70 años donde entrevistó a sus familiares y recorrió las casas en las que vivió durante su infancia. A continuación, algunos de los puntos más destacados de la entrevista.
Roberto Cabrini: ¿A quién molesta Edir Macedo?
Obispo Macedo: Yo molesto al diablo y a sus compañeros.
RC: ¿Usted nació siendo católico?
OM: Me fue impuesto, nadie me preguntó si quería bautizarme. Me bautizaron porque era la tradición, no porque lo aceptase. Hice el catecismo, pero no porque quise, sino por imposición de la escuela.
RC: ¿Cómo se sentía dentro de la iglesia católica?
OM: No sentía indignación porque fui criado en esa cultura. Recuerdo haberme indignado, fue mi independencia, a los 16 años cuando mi hermana tenía un problema de salud, bronquitis asmática, y fuimos a la iglesia católica un día de Semana Santa, fecha en que ponían la imagen del Cristo muerto, con velas y flores, como si fuera un difunto. Entonces pensé, “un momento, ¿cómo puede ser? No sé si lloro por él o por mi hermana, ¿quién está en peor situación? Nunca más en mi vida voy a entrar en un lugar como este” y así fue, nunca más volví. ¿Cómo podría pedirle ayuda a alguien que está muerto? La religión lleva esa idea y nadie lo piensa. Ahí comenzó mi indignación, ahí dejé de profesar la fe católica.
RC: Usted es uno de los mayores líderes religiosos del planeta, ha salvado millones de vidas a través de su trabajo social y de la Iglesia, pero ha sido acusado de charlatanería, de lavado de dinero, ¿por qué camina tanto con la polémica?
OM: Yo no soy un líder religioso, de ninguna manera. No fundé una iglesia, fundé una universidad que enseña sobre los caminos de la vida, la Salvación y la eternidad.
OM: “Mis manos son defectuosas, todo es defectuoso, yo fui mal fabricado, pero no fue culpa de Dios. Sufrí internamente por el rechazo en la escuela, uno siempre es inferior a los que son perfectos físicamente”.
RC: ¿Usted tiene alguna limitación en las manos?
OM: Ninguna. Pero tuve un complejo de inferioridad, una debilidad. Nací débil interiormente, pero la experiencia que tuve con el Dios Vivo a través de la fe en Jesús desmoronó ese monstruo que traía dentro de mí, que me hacía ser una persona carente, acomplejada, inferior ante las circunstancias. Imagínese lo que es cargar con eso las 24 horas del día. Entre mis compañeros teníamos nuestros apodos, “dedito” de acá, “dedito de allá”, había limitaciones en los momentos en los que yo creía que era inferior, pero sufría todos los días porque cargaba ese complejo.
RC: ¿Tuvo muchas novias?
OM: Tuve muchas, mis defectos físicos no impedían que tuvieran éxito.
RC: ¿Cómo fue su encarcelamiento?
OM: Fue un acto de cobardía sin palabras. Yo diría que fue una vileza de nuestra justicia. Nunca pensé que podía ir detenido, porque en mi cabeza no había condenación alguna.
RC: ¿A quién le atribuye su detención?
OM: Mi detención fue obra de la iglesia católica, como cabeza, y la Rede Globo, como cuerpo. Por el éxito de la iglesia Universal, ellos tenían que hacer algo para detener nuestro crecimiento. Así, unida a la Rede Globo, hicieron una pareja perfecta para intentar destruirme.
Respuestas inéditas, confesiones que quedarán en la historia de este hombre que se define como tímido, pero que cambia completamente cuando sube al Altar y predica para miles de personas, enseñándoles una fe viva que transformó su vida y la de decenas de miles de personas a través del trabajo de la Universal.
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