En los últimos días circuló en Internet un texto de la página “Observatorio de la Televisión” – página de información y opinión sobre la televisión brasileña, que, a su vez, reprodujo un texto antiguo publicado en agosto del 2013, en el blog de uno de sus autores – afirmando que los testimonios de la campaña “Yo soy la Universal” son armados.
La página se describe como un espacio de discusión imparcial. Sin embargo, ni siquiera entró en contacto con la asesoría de comunicación de la Universal. Por eso, es relevante que se cuestione aquí la veracidad de las informaciones recogidas y la intención que se tuvo al reescribirla. La omisión de las voces en la comunicación genera un ruido que puede inducir no solamente al engaño, sino también a una grave mentira. Lo que hace distinción en el momento de llevar un comentario o una historia adelante es el cuánto usted está seguro de que la información que recibió es verdadera.
Aun así, historias desmedidas, irrazonables y mentirosas ganan vida y circulan por los medios de comunicación. A veces, por ignorancia, o maldad, alguien pasa informaciones no averiguadas – como se dice en el buen periodismo, no investigadas -, y se corre el riesgo de practicar una injuria o una difamación no solo contra una institución, sino contra todas las personas que forman parte de ella.
El texto del Observatorio de la Televisión agrega incluso una fuente no mencionada en el texto original, que dijo haber participado de una selección de actores para interpretar las historias tan exitosas de los fieles de la Universal. La fuente misteriosa cuenta también que todos fueron pagados para eso, y que la principal exigencia para el papel era ser desconocido en los medios de comunicación.
Personajes reales
El empresario minero Claudio Soares, de 45 años, hijo de un caso extraconyugal de su madre, fue rechazado desde niño. Terminó yéndose a vivir a la calle, donde fue golpeado, pasó frío y se alimentó de los restos de comida retirados de la basura. Se involucró en la delincuencia, fue preso y llegó a planear matar a toda su familia por odio y venganza.
Se sintió ignorado durante años, pues las personas pasaban a su lado como si fuera invisible. Fue cuando, hace 15 años, un evangelista de la Universal se acercó, y él, cansado de la vida que llevaba, decidió cambiar completamente – conozca la historia completa de Claudio haciendo clic aquí.
La producción de la campaña “Yo soy la Universal”, sabiendo su historia exitosa, lo invitó a participar de las grabaciones, acompañando la rutina del empresario.
Claudio cree que debemos siempre tener responsabilidad con las informaciones. “Tenemos que respetar la opinión de los demás, pero las personas también, antes de hacer un pre-juzgamiento, deben investigar y conocer sobre lo que van a decir. Yo soy una persona común y ando por la calle como cualquier otra. Si alguien quisiera conversar conmigo, me tomo el tiempo de llevarlo a los lugares donde viví, por donde pasé y los contenedores de basura donde comí mientras vivía en la calle. Mi historia es real”, afirma él, que hoy es voluntario de un grupo evangelístico de la Universal que actúa en los presidios de Belo Horizonte (MG).
¿Quiere conocer otras historias de vidas verdaderas como esta? Visite la página Yo soy la Universal.
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