Después de la muerte de Salomón, los israelitas se dividieron en dos reinos. El de Israel fue establecido en la parte norte de la Tierra Prometida, conteniendo diez de las doce tribus de los hebreos (las llamadas “Diez Tribus Indignadas”). Siquem fue la capital, incluso Jeroboam la cambió a Tirza. En 880 a.C., el entonces rey, Omri (el sexto de Israel y padre de Acab), promovió un cambio más, y la corte pasó a ocupar Samaria, cuyo nombre designa no solo a la ciudad, sino también a toda la región de vastas montañas, en el territorio hoy conocido como Cisjordania.
La nueva capital fue levantada en un área elevada a 11 kilómetros al noroeste de Siquem.
“En el año treinta y uno de Asa rey de Judá, comenzó a reinar Omri sobre Israel, y reinó doce años; en Tirsa reinó seis años.
Y Omri compró a Semer el monte de Samaria por dos talentos de plata, y edificó en el monte; y llamó el nombre de la ciudad que edificó, Samaria, del nombre de Semer, que fue dueño de aquel monte.”
1 Reyes 16:23-24
Era una ciudad bien fortificada, semejante a Jerusalén, a 50 kilómetros al norte de la misma. Desde su fundación, fue muy conocida por su intensa idolatría, lo que desagradaba a Dios y hacía crecer la enemistad con Judá. Acab, que se casó con la idólatra Jezabel, llegó a construir un imponente templo para adorar al falso dios Baal (1 Reyes 16:32:33).
Samaria fue la capital de las Diez Tribus hasta que fue conquistada por Asiria, que llevó cautivo a Israel (2 Reyes 18:9-12). Alejando, el Grande, la tomó en 332 a. C. Más tarde, el Imperio Romano de Herodes la conquistó y reconstruyó, reforzó sus fortificaciones y la renombró como Sebaste.
Hechos 8 cuenta que el apóstol Felipe desarrolló en la ciudad un gran ministerio. Hoy, el lugar está ocupado por la villa de Sebaste, con varias ruinas de los tiempos bíblicos a su alrededor, incluyendo grandes templos.
Turistas de varias partes del planeta siguen visitando tanto la antigua ciudad y los restos de sus edificaciones como la vasta región alrededor, con sus famosas gargantas y colinas, a pesar de la eterna disputa por el territorio entre judíos y palestinos.