“…Volveos a Mí, y Yo Me volveré a vosotros, ha dicho el SEÑOR de los Ejércitos.” Malaquías 3:7
Para volver es necesario reconocer que se está desviado. Desviado de la fe consciente. La fe consciente involucra obediencia a la Palabra, fidelidad y amor.
Muchos tienen fe, pero no tienen un compromiso serio con el SEÑOR. Lo tratan como a un amante. En los momentos de aprietos, oran. Cuando tienen ganas, van a la iglesia a cumplir una obligación. De vez en cuando leen la Biblia. Pero la pereza es tanta que ni siquiera meditan. Enseguida, enseguida aparece el sueño y desisten.
A los hijos de Jacob, Él les dijo: “Desde los días de vuestros padres os habéis apartado de Mis leyes, y no las guardasteis. Volveos a Mí, y Yo Me volveré a vosotros.
¿En qué hemos de volvernos? ¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros Me habéis robado. ¿En qué Te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas.” Malaquías 3:7-8
La ley de los diezmos y de las ofrendas es anterior a la Ley de Moisés y el Señor Jesús nunca la revocó. (Génesis 14:20; Mateo 23:23)
El diezmo simboliza la fidelidad. Son los primeros 10%, las primicias. La ofrenda simboliza el amor. Es voluntaria y espontánea. En la falta de los diezmos y ofrendas, hay ausencia de fidelidad y amor del siervo hacia su SEÑOR, lo que le da derecho al devorador de asumir el control del ladrón.
¿Son cristianos? Teóricamente, sí. Pero, en la práctica, no tienen nada que ver con el Señor Jesús. Honrar al Señor con las primicias y con las ofrendas espontáneas es una actitud de verdadero siervo.
Reconozca su situación espiritual delante de Dios y mantenga su fidelidad.
(*) Fuente: Libro “El Pan nuestro para 365 días”, del obispo Edir Macedo.
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