En “Nada que Perder 2”, el obispo Edir Macedo cuenta que sus primeras reuniones religiosas se realizaron en plazas y cines en los suburbios de Río de Janeiro. Pero él decidió atreverse y buscar otras maneras de llevar a más personas la Palabra de Dios. Entonces, el primer paso fue alquilar el gimnasio de Olaria, en la zona norte de la capital fluminense.
Sin embargo, las concentraciones reunían a un número cada vez mayor de personas y, en poco tiempo, se necesitó buscar un lugar más amplio para recibirlas. Fue entonces que las reuniones comenzaron a realizarse en el Gimnasio del Maracanãzinho, al lado del Estadio del Maracaná, en la zona norte de Río. Pero el lugar también quedó pequeño.
“Nuestra visión, a partir de ese momento, se centró en otro punto, más desafiante: el Maracaná, en ese momento el mayor estadio del mundo. El Maracanãzinho ya no soportaba nuestro tamaño. Yo sabía que ya teníamos estructura para esta prueba de coraje”, declara el obispo Edir Macedo en su autobiografía.
Acto desafiante
Incluso hubo algunas cuestiones burocráticas que obstaculizaban la concreción de ese cambio hacia el estadio, algo grande estaba por venir. En abril de 1987, año en que la iglesia cumplió una década, el Maracaná, por primera vez, se llenó por una multitud presente en la concentración de fe de la Universal (Foto arriba).
En la época, se estimó que más de 200 mil personas estuvieron presentes en el “Duelo de los dioses”, realizado el Viernes Santo, tradicional feriado religioso. Ningún otro movimiento religioso había logrado llenar el Maracaná. Según narra el obispo en su publicación, el nombre de la concentración tenía un objetivo estratégico: despertar la fe de los presentes y confrontar al Dios de la Universal contra los dioses de este mundo.
“Cuando pise el campo y mire alrededor del estadio, mi corazón latía fuerte. Banderas y carteles de la Universal, de diferentes lugares, esparcidos en todas las direcciones. Obreros y pastores alineados entre el increíble aglomerado de gente.”
En aquella reunión, el obispo Edir Macedo le pidió a todos los presentes que se olvidaran de todo lo que habían hecho hasta las 9 de la mañana de aquel día, porque, a partir de aquel momento, tendrían una chance de comenzar una nueva vida.
Otras concentraciones
Y ese evento en el Maracaná fue el primero, ocho meses después, el 27 de diciembre de 1987, la Universal promovió otra concentración en el estadio. Y, en esa ocasión, contó con el apoyo del Gimnasio del Maracanãzinho, que transmitió simultáneamente el encuentro de miles de personas que allí se concentraban.
Cerca de 250 mil personas transformaron los dos principales centros deportivos de Río de Janeiro en un gran templo de la Universal. Caravanas de todo Brasil estuvieron presentes. “Mis palabras fueron seguidas por una memorable búsqueda por el mayor de todos los milagros. Momentos intensos de intimidad. Imagino cuántos nacieron del Espíritu Santo aquel 27 de diciembre”, dice el obispo en “Nada que Perder”.
El 29 de octubre de 1999 (foto arriba), otra concentración ocurrió en grandes proporciones en el mismo lugar, superando la de diciembre de 1987. Fue la mayor realizada por la Iglesia Universal. Más de 250 mil personas participaron de la “Vigilia de la Diferencia en la Noche de Abraham”, ubicadas en el Maracaná y en el Maracanãzinho, además, muchos participaron de la concentración gracias a las pantallas puestas afuera del estadio y del gimnasio.
A las 23 h de aquel día, el obispo Edir Macedo comenzó la vigilia orando, arrodillado, a los pies de la cruz. “Estamos aquí, mi Padre, en la fe de Tus apóstoles, para recibir la plenitud de Tu Espíritu y conquistar nuestra Tierra Prometida”, dijo él, en la oportunidad. Y así fue.
Consagración
El obispo Macedo volvería a reunirse con los fieles de la Universal 7 años después, el 21 de abril de 1995 (foto al lado). El estadio una vez más quedó repleto. En ese momento, el obispo dijo que ni la lluvia, ni las persecuciones pudieron detener la fe de las personas que allí estaban. “¿Qué pueblo, en este mundo, no se da por vencido, incluso cayendo una lluvia así? ¿Dónde más se puede encontrar tanta fe?”.
En 1998, 3 años después, cerca de 150 mil personas fueron al Maracaná para buscar la victoria para su vida. El evento también quedó marcado por la consagración de 121 pastores.
Ese día, el obispo Macedo habló sobre el poder de Dios en la vida de Abraham, incluso en la vejez: “Ese mismo Dios nos permite alcanzar cualquier cosa. Dios lo llamó para ser bendecido. Cuando usted toma esa actitud de asumir esa creencia, las mismas promesas que fueron hechas a Abraham serán para usted.”
Y esas mismas promesas valen para usted aún hoy, no importa si en una gran concentración de la Universal, con miles de personas, o si es una reunión con algunos fieles en la Universal de su barrio. Así como en aquel abril de 1987, en la primera gran concentración en el Maracaná, olvídese de lo que hizo hasta hoy, porque a partir del momento en que participa de un encuentro de la Universal, tendrá la oportunidad de comenzar una nueva vida. Encuentre aquí la dirección de la iglesia más cercana a su casa y participe.
(*) Con fragmentos de la autobiografía del obispo Edir Macedo “Nada que Perder 2”
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