El enorme “gato vikingo” se adaptó como animal doméstico, pero aún se encuentra libre en la naturaleza
Oriundo del norte de Europa, el norwegian forest es uno de los mayores gatos del planeta. Aún se encuentran ejemplares salvajes en los bosques de Noruega, Suecia y Dinamarca, la raza se adaptó fácilmente a la vida doméstica, apreciando mucho la compañía de su dueño. Comenzó su convivencia con la raza humana con los vikingos, antiguo género de guerreros nórdicos, y se mostró como un buen gato de trabajo, librando los depósitos de alimentos de las casas y los barcos de roedores y otras plagas.
Por venir de regiones muy frías, su pelaje es semilargo y tiene una protección térmica natural, repele al agua protegiéndolo de la lluvia y del viento. Se recomienda peinarlo 3 veces por semana mínimo, cuidarlos con vacunas y antiparasitarios, además de los controles de pulgas de acuerdo con la orientación del veterinario de confianza, y una ración de
alimento super premium.
Es un gato grande. Un ejemplar adulto puede pesar de 6 a 10 kilos. No llama la atención solamente por su porte, sino también por su belleza. En contraste con su tamaño, el
norwegian tiene un maullido suave. Generalmente es discreto.
Curioso
Es muy divertido, juega mucho con juegos para gatos, con otros pequeños objetos, además de otros gatos y por supuesto con sus dueños. Es muy curioso, inspecciona a las visitas y nuevos objetos que entran en su casa, como bolsas y cajas. Sabe escalar muy bien, sobre todo sube a los muebles y electrodomésticos más altos. Esa bella imagen del gatito subiendo en un árbol del cual no puede bajar no se aplica al norwegian. Él escala con facilidad y desenvoltura incluso en posiciones incómodas; con la cabeza para abajo, en espiral.
Para quien quiere tener más de uno se recomienda tener o machos o hembras.
Cazador por naturaleza, no pierde la oportunidad de atrapar pequeños animales, como pajaritos o insectos. Sin embargo, si se lo acostumbra desde pequeño a la presencia de ellos, no les causará problemas.