¿Quién en sana consciencia destruye algo de gran valor?
Protegemos y cuidamos todo lo que es importante.
Si protejo y cuido mi matrimonio, en realidad, protejo y cuido a mi alma.
El alma es lo más importante que existe para cada uno de nosotros, o al menos debería serlo para todos.
“El que comete adulterio no tiene entendimiento; destruye su alma el que lo hace”. Proverbios 6:32
Los faltos de entendimiento son aquellos que no tienen juicio, son locos y, en ese caso, acaban cooperando con el trabajo del diablo que es destruir el alma, haciéndola perecer en el infierno.
Debemos evitar todo aquello que pueda perjudicar a nuestro matrimonio, destruyendo así a la propia alma.
Ya no se trata solo de la persona que está a nuestro lado, sino principalmente de nuestra Salvación.
Si algo ha puesto en riesgo su matrimonio, lo más pronto posible, ¡debe ser ELIMINADO! La eternidad con Dios depende de eso.
Las aguas de la fuente y del pozo de su matrimonio deben estar siempre en movimiento constante.
¡No pueden parar!
“Bebe agua de tu cisterna y agua fresca de tu pozo”. Proverbios 5:15
Matrimonio y Salvación, uno depende del otro.