En el capítulo 7 de proverbios, hay una historia que dice lo siguiente:
Un día estaba yo mirando entre las rejas de mi ventana unos jóvenes sin experiencia. Y me fijé en el más imprudente de ellos. Al llegar a la esquina cruzó la calle en dirección a la casa de aquella mujer. La tarde iba cayendo, y comenzaba a oscurecer. De pronto la mujer salió a su encuentro, con toda la apariencia y los gestos de una prostituta, de una mujer ligera y caprichosa que no puede estarse en su casa y que anda por calles, plazas y esquinas esperando atrapar al primero que pase. La mujer abrazó y besó al joven.
Y descaradamente le dijo: « ¡tenía ganas de verte, y te he encontrado! Sobre mi cama he tenido una hermosa colcha de lino egipcio, la he perfumado con aroma de mirra, áloe y canela. Ven, vaciemos hasta el fondo la copa del amor; gocemos del amor hasta que amanezca, pues mi esposo no está en casa: ha salido para un largo viaje; se ha llevado una bolsa de dinero y no volverá hasta el día de la luna llena.»
Sus palabras melosas e insistentes acabaron por convencer al muchacho, que sin más se fue tras ella: como un buey rumbo al matadero, como un ciervo que cae en la trampa y al que luego una flecha le parte el corazón; como un ave que se lanza contra la red sin saber que eso le va a costar la vida.” (Lea Proverbios 7:6-23)
Desde su época, Salomón ya advertía sobre los peligros de la prostitución, adulterio y traición.
Por eso él enfatiza al máximo sobre el compromiso que la persona debe tener en seguir los Sabios consejos y practicar los Grandes conocimientos:
1- Recuerde lo que la Sabiduría dice y nunca se olvide de Sus consejos (Proverbios 7:1);
2- Haga lo que Él dice y usted vivirá. Siga las sabias instrucciones con atención y guarde siempre esas enseñanzas bien grabadas dentro de usted (Proverbios7:2-3);
3 – Considere la Sabiduría y el Entendimiento como si fuesen miembros de su familia, para que usted esté lejos de la mujer/hombre inmoral, de aquella que ilude con palabras seductoras (Proverbios 7:4-5).
Para finalizar, Salomón advierte:
Así pues, hijo mío, escúchame; presta atención a mis palabras:
No desvíes hacia esa mujer tus pensamientos; no te pierdas por ir tras ella, porque a muchos los ha herido de muerte; ¡sus víctimas son numerosas! (Lea Proverbios 7:25-26)
Tomar el camino de su casa es tomar el camino de la muerte. (Lea Proverbios 7:27)
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