Evelyn Cori: “A los 13 años me dijeron que debía tomar pastillas para el problema de la tiroides. Por otro lado, sufría taquicardia e hipertensión, engordé bastante y comencé con las dietas. De noche hacía actividad física y estaba un poco obsesionada, intenté inducirme al vómito entre otras cosas. Con el tiempo, se convirtió en anorexia nerviosa.
Así crecí, estaba irritable, deprimida, pero no estaba dispuesta a mostrarlo. Salía con mis amigas, tomaba y fumaba, pero era un asco de persona, al día siguiente, los remordimientos me mataban. Me vi desbordada por las emociones y la forma en que reaccionaba afectaba a mi familia. No sabía como canalizarlo y vivir así me hacía mal. Sufría dolores en la espalda y en la columna. Tenía pánico de que me pasara algo. Sin embargo, iba para adelante no me importaba nada. Era muy estricta conmigo misma. Dormía cinco horas por día. Nadie se imaginaba lo mal que me encontraba. Hasta que vi que no daba más, no podía continuar.
Mi mamá me invitó a la Iglesia, ella llegó por los problemas familiares. Yo vine para escuchar, esperaba que vendieran un producto, me sorprendió que no me sonara a verso.
Acepté la ayuda y Dios empezó a obrar en mi vida. Superé la depresión, llegué a mi peso normal, me curé y no volví a tener taquicardia. Hoy estoy en paz, feliz y no lo cambio por nada. Me siento capaz de hacer todo lo que antes no podía. Vale la pena cada segundo que estoy en la presencia del Señor Jesús”.
Quizás, muchas veces pensó que la depresión y usted son uno. No se resigne a que sea su compañera de vida, necesita alejarse porque, en realidad, es su enemiga. La depresión usa sus emociones, pensamientos y recuerdos para atacarlo.
Participe este viernes a las 12 h en el Templo de la Fe, Av. Corrientes 4070 – Almagro o en la Universal más cercana a usted. Haga clic aquí y vea las direcciones de la iglesia.
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