En su infancia, Jorge sufrió la separación de sus padres y se fue a vivir con su papá:
“Me fui con mi padre y a su lado pasé hambre, era una situación muy difícil. A los 14 me fui de la casa de mi padre y él intentó suicidarse. A esa edad me involucro en el alcohol, a los 17 años empecé con ataques de epilepsia, tenía que dejar de tomar alcohol para tomar el medicamento, pero yo seguía tomando y seguía convulsionando.
Después empecé a fumar marihuana. Pensé en quitarme la vida, pero nunca lo intenté. Era muy depresivo y tuve muchos fracasos sentimentales. Yo era muy nervioso intenté matar a tres personas, cuando tocaban a mi familia, me volvía loco.
Miraba el programa de la iglesia de noche porque sufría insomnio. Yo sabía que mi mamá iba a la iglesia y un día le dije que me lleve. Ahí fui cambiando, pude dormir estaba más tranquilo, nunca más me aparte de la presencia de Dios. Estoy libre de los vicios, curado de la epilepsia y mi familia esta bendecida gracias a Dios”.
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