El Derecho nace con la necesidad humana de interactuar y es condición indispensable de la vida social. De no existir el Derecho, estaríamos en la ley de la selva. Su fundamento es el monopolio de la fuerza por parte del Estado, para que esa fuerza no la apliquen los particulares entre sí para dirimir sus conductas.
El Estado crea un cuerpo de normas a seguir por los ciudadanos, amenazando con una sanción al incumplidor. También existe un cuerpo de conocedores del Derecho que aplican esas normas sancionando al incumplidor o dando a cada uno lo suyo: El Poder Judicial.
Como alternativa al juicio existe la mediación, que no es nueva. Llegó al país en forma legal en el año 1994.
En esencia, es la obligación, previa al pleito, de plantear la disputa ante un profesional capacitado para buscar medios alternativos de solución del conflicto en cuestión.
Lo principal es que las partes se comunican en forma directa entre ellas y tratan de resolver sus problemas mediante la negociación cara a cara, en forma directa, priorizando los intereses por sobre las posiciones.
Cuenta la historia que dos hermanos se peleaban por una naranja. “Es mía”, decía Pedro. “No es tuya, es mía”, replicaba Juan. Estaban en posiciones encontradas, nunca se pondrían de acuerdo. Hasta que un tercero, el mediador, los saca de las “posiciones” y los traslada a los “intereses”, preguntándoles para qué quiere cada uno la naranja.
Pedro responde: “Porque me gusta y quiero comerla”. Juan dice: “Me gusta poner la cáscara en el mate”. Así se terminó el conflicto. Ambos ganaron y no hubo un perdedor frente a un ganador.
El mediador tuvo la habilidad de pasar de las posiciones a los intereses. Negociar en buscar coincidencias, saliendo de las posiciones para entender qué pretendía cada uno. En las posiciones somos rígidos, gana el más fuerte, pero en los intereses somos inteligentes si logramos que todos ganen.
¿Que pasaría si Pedro y Juan van ante un juez? Este resuelve el conflicto dándole la naranja a uno y negándosela al otro. Resuelve un conflicto, con una solución artificial no duradera, generando odios y rencores futuros. ¿Por qué? Por no escuchar a las partes, por no tener una noción real del problema.
Esa es la mediación. Una forma democrática y humana de resolver los conflictos que se dan en toda sociedad.
Dr. Emilio E. Romero, abogado, CPACF Tº 8 Fº 266
Mediador M.J.y D.H. Nº 998
eeromero@fibertel.com.ar (4331-2835)
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