“Nunca se apartará de tu boca este libro de la Ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.”
(Josué 1:8)
El secreto para prosperar y ser exitoso en todo lo que planee es practicar la Palabra de Dios. Dios orientó a Josué para que no cesara de hablar de la Palabra de Dios y también para que meditara en la Palabra día y noche con el objetivo de practicarla. Hacer todo lo que está escrito. Ejecutar lo que aprendió, no solo juntar conocimiento teórico. Ejecutar, porque la Palabra viva es la Palabra practicada.
Hablar de las cosas del Dios todo el tiempo y meditar en la Palabra día y noche son actitudes constantes. Todo el tiempo; día y noche; sin espacio para los pensamientos negativos y dudas. Su boca confiesa solo lo que viene de Dios; sus pensamientos se ocupan solo con los pensamientos de Dios, sus manos trabajan solo en función de lo que es de Dios, sus pies andan por el camino trazado por Dios. Así, es imposible desviarse o enfriarse. El resultado de esa dedicación y entrega es seguro; un camino próspero y bendecido. No hay cómo ser diferente.
Reforzando que eso no puede ser hecho de una manera religiosa, es decir, mecánicamente. ¡No! Coloque todas sus fuerzas en conocer a Dios y saber Su voluntad. Practique lo que aprende, sabiendo que la transformación de su vida ocurre de adentro hacia afuera. Ser cristiano no es tener apariencia de cristiano. Ser cristiano es manifestar el carácter de Cristo. Vigile sus palabras y sus pensamientos hoy. Si usted quiere ser exitoso en lo que haga, tenga el cuidado de hacer según lo que está escrito.
Mantenga su mente enfocada en la Palabra de Dios.
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Fuente: Libro “El Pan nuestro para 365 días”, del obispo Edir Macedo