“Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?” Jeremías 17:9
La palabra banquete quiere decir comida formal en la que participan muchos invitados. Cuando pensamos en esa palabra, en seguida viene a la mente la idea de deliciosos y variados platos. Inmediatamente, se nos hace agua la boca, pues se trata de comidas seleccionadas que agudizan nuestro apetito.
Vemos en la Escrituras que los banquetes eran ofrecidos para invitados especiales de reyes y reinas. Eran siempre servidos en palacios y casas suntuosas. Hoy, el palacio en el cual se ofrece ese banquete es en el corazón. El rey, o la reina, es la propia persona que ha gobernado su vida sin la dirección de Dios.
Los invitados son los demonios, que vienen y se sientan en el centro de la vida, delante de platos apetitosos, y se alimentan insaciablemente.
Vea la lista de platos que agudiza el apetito de los demonios:
Plato 1 – Rencor
Plato 2 – Odio
Plato 3 – Prostitución
Plato 4 – Adulterio
Plato 5 – Mentira
Plato 6 – Robo
Plato 7 – Malicia
Plato 8 – Duda
Plato 9 – Orgullo
Plato 10 – Hipocresía
“Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias.” Mateo 15:19
Estos son algunos de los platos predilectos del diablo. Con los que él viene, entra en el corazón, se sienta en la mesa y disfruta, con cuchillo y tenedor, de un delicioso almuerzo y cena regados con el vino de este mundo. ¿Y por qué no del desayuno o la merienda? ¡Ah! No podemos olvidarnos de aquel bocadillo de antes de ir a dormir.
Obreros, obreras, miembros y todos los demás, el diablo jamás dejará de frecuentar el palacio de su vida, siempre que usted esté ofreciéndole el banquete de su corazón.
“Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?” Jeremías 17:9
Dios los bendiga