Karina recuerda su viaje al Templo de Salomón ubicado en San Pablo, Brasil: “Mi experiencia en el Templo fue inolvidable, no se compara con ninguna otra cosa, no es un viaje común”.
Ella creía que sabía con lo que se iba a encontrar, pero la estructura y la espiritualidad de un lugar que fue construido con fe y sacrificio, superó cualquier expectativa:
“Uno va con la expectativa de tener un encuentro con Dios y sin dudas, en el lugar se percibe la santidad y la unción. La experiencia es algo inolvidable, es única, no la olvidaré nunca”, comenta Karina.
Ella participó de distintas reuniones durante los días que estuvo en el lugar y recibió la renovación espiritual que tanto necesitaba:
“Yo salí del Templo fortalecida gracias al mensaje que recibí de los siervos de Dios. Luego de participar de las reuniones, fui renovada a través de la fe. Sin dudas volvería, porque no hay palabras que logren definir lo que se vive allí. Solo quien va puede tener esa experiencia con Dios”.
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