Karina Sánchez sufrió dolores de cabeza desde pequeña: “Me llevaron al neurólogo, al psicólogo y por último al psiquiatra, quien me medicó con antidepresivos. Me hicieron muchos estudios, pero no salía nada.
Cada vez que empezaba a sentir dolores de cabeza sentía que me moría, eran tan intensos que me provocaban vómitos y dolores de oído. Participaba de rituales que supuestamente iban a ayudarme, pero fue mucho peor, me desmayaba y una voz me decía que tenía que matar. Al tiempo empecé a tener premoniciones, veía a una persona muerta y a los tres días, fallecía. Mi familia me tenía miedo”, dice Karina.
A través de la invitación de unos vecinos conoció la Universal y así logró cambiar su vida: “Gracias a Dios, todo el sufrimiento forma parte del pasado. Mi proceso de liberación fue arduo, pero perseverando logré liberarme de todos esos males. Lo primero que desapareció fue el dolor de cabeza, luego el insomnio y los desmayos. Nunca más tuve visiones ni premoniciones. Hoy soy feliz, me casé y tengo una familia”, finaliza.
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