Silvina: “Mi matrimonio estaba destruido, mi esposo tomaba y de repente agarraba cuchillos, para matarse. Yo trataba de retenerlo pero a veces, no podía hacerlo y salía corriendo a la calle a pedir ayuda. Dos de mis hijos estaban en las drogas y el tercero sufría epilepsia.
Al tercer mes del cuarto embarazo tuve dos hematomas. La bolsa del bebé se rompió en dos partes; al aplastarse, el bebé que era chiquito murió. “Cuando el médico me lo dijo, estuve dos días sin hablar. Como pude, tomé la decisión de acercarme a la Universal. Sacrifiqué todo e hice mi voto en el Altar. Sentí paz y me fui a mi casa.
A los dos días fui a repetir el examen, los médicos hablaban entre ellos, se quedaron con la boca abierta. ‘Es un milagro, tu hijo sigue vivo’, dijeron.
Pero mi nene nació con el corazón grande, los doctores querían hacer la operación en el Garraham. Era de alto riesgo y les dije que iba a esperar, yo seguía con mi fe en el Altar.
A los ocho meses, durmieron a mi hijo para hacerle un estudio. En ese momento, la médica empezó a llorar y me dijo que había sucedido un milagro, que no hacía falta operarlo. Dios lo operó del corazón, hoy tiene 11 años y está sano.
Mi otro hijo, el que tenía epilepsia, está totalmente sano, hace cuatro años que no toma ni una aspirina. Los otros pudieron salir de las drogas.
Somos una familia bendecida, mi esposo nunca más intentó suicidarse, tenemos una nueva vida. Pero lo más importante que recibí arriba del Altar, fue el Espíritu Santo”.
Martes a las 8, 10, 16 y principalmente a las 20 h en Av. Corrientes 4070 – Almagro o en la Universal más próxima a su casa.
La Iglesia Universal del Reino de Dios aclara que todos los conceptos emitidos en este periódico, como en su programación radial y televisiva, en modo alguno deben ser interpretados en desmedro de la medicina, ni de quienes la practican. NO DEJE DE CONSULTAR A SU MÉDICO.
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