¿Sabe cuando las palabras no coinciden con las actitudes? Es cuando la persona habla una cosa, pero en verdad ella vivo otra. Es de eso que me gustaría hablar hoy, porque siempre decimos: “Yo hago la Obra de Dios”, “Esta Obra es de Dios”, “sea hecha la voluntad de Dios”. En teoría está todo bien pero, ¿será que usted ha realizado la Obra de Dios o a servido a su manera, como si la obra fuera suya, para sí, buscando siempre una manera de sacar provecho de todo?
Cuando usted reconoce que la obra pertenece a Dios, no se preocupara sólo por usted, no quiere hacer las cosas a su manera, ni comandar todo como sí el dominio estuviera en sus manos. Si usted actúa de esta manera, eso demuestra que usted ve la Obra como se ella fuera “suya” Obra de Dios, todo según su voluntad, sin importante lo que Dios piensa y lo que Él quiere. Lo importante es que usted sienta que en el control, de modo que le agrade.
Muchos han realizado la Obra de esta manera, están en automático, empujando con la panza, haciendo lo que aprendieron un día, sin buscar la dirección de Dios, sin buscar saber lo que Dios quiere en ese momento. Si usted cree que la Obra es suya, nunca habrá éxito en lo que usted haga, y probablemente las cosas saldrán mal. Usted tiene que saber que no es su voluntad la que prevalece, que la Obra de Dios no gira en torno de su vida, al contrario: su vida que debe girar en torno de la Obra de Dios. ¡Un abrazo!
Tania Rubim