Cuando mi sacrificio es completo —es decir, espiritual, emocional y material— me veo obligado a salir de:
- El conformismo
Dejo de vivir en mi zona de confort, porque comienzo a dar pasos en dirección a los Sueños de Dios.
- La ansiedad
La ansiedad ya no forma parte de mi naturaleza, porque confío plenamente en las Promesas de Dios.
- El desenfoque
Las circunstancias, sean buenas o malas, no me distraen de mi verdadero objetivo, que es Glorificar a Dios, aquí en la Tierra y, sobre todo, la Salvación.
- La dependencia de los demás
Dejo de depender de los demás o de la opinión ajena.
- La rutina
Me animo a desafiarme a mí mismo y a desafiar Dios, que es uno de los puntos que provoca la transformación de vida.
- La prioridad equivocada
Mi prioridad pasa a ser Dios y todo lo que Le agrada, es decir, Su Voluntad.
- La vanidad
No hay en mí un deseo de ostentar ni de mostrarles a los demás lo que tengo; tampoco me preocupa mantener una vida de apariencias.
- Las excusas
Dejo de lado las excusas y me dispongo a agradar a Dios y a servirLo con mi mejor.
“… y habiendo sido libertados del pecado, os habéis hecho siervos de la Justicia”. Romanos 6:18
Y a vos, ¿qué te está faltando para que tu sacrificio sea completo?
Participá todos los días de la Jornada por la Justicia Divina, a las 7:30 de la mañana, por:
Unife TV: https://www.unifetv.com/
YouTube: Universal Argentina
Facebook: Iglesia Universal
#AbrigoDelAltísimoSalmo91
⌛️Nos vemos en la IURD o en las Nubes❗️