La inseguridad, el miedo, la inmadurez, las decepciones, la independencia y mucho más ha ocupado un espacio enorme en la vida de muchas personas, probablemente en su vida también. Si esto le ha sucedido, probablemente no está listo para dejar la vida de soltero, en realidad, ni notó que necesita de su soltería para ser feliz en una relación futura.
Cuando uno es soltero está en una etapa de preparación interior. Esa fase es para lidiar con cosas escondidas en nosotros, para que estas no interfieran negativamente cuando la persona correcta aparezca. Por eso es necesario buscar las raíces de lo que le afecta. Preguntarse de dónde viene ese miedo, esa inseguridad.
¿Cuáles son las cosas que debe enfrentar ahora? ¿Qué actitudes desagradables tiene que no ayudarán a construir un matrimonio feliz?
Si usted está soltero/a, entonces necesita trabajar en usted mismo/a sabiendo que la vida en pareja es una maravilla, pero para que eso suceda hay que dejar de lado el egoísmo y eso requiere sacrificio porque hay que desprenderse de traumas y raíces malas para que la relación funcione.
Es una trampa mortal iniciar un noviazgo sin estar preparado, pues puede perder para siempre a esa persona que tanto quiere. ¿Usted está listo/a? El noviazgo no es un juego, es algo muy serio, por lo tanto, antes de iniciar una relación, vea si está preparado/a. La Terapia del Amor es un espacio dedicado a esa preparación, por eso, acérquese a participar este jueves a las 10, 16 y 20 h en Av. Corrientes 4070, Almagro.
“No entendía porqué me lastimaba”
“Él me era infiel, salía de trabajar a las dos y llegaba a casa a las nueve de la noche por estar con otra mujer. Yo se lo reprochaba y eso era motivo de peleas. Me pegaba, me arrastraba tirándome del pelo, llegó a atarme con un cinturón para pegarme, me pateaba, me empujaba en la calle, era una situación horrible. Él no me dejaba dinero, yo tenía que sostener la casa. Cierto día le pregunté qué le había hecho para que me tratase así. En la desesperación pensé en matarlo mientras dormía. Un día le dije que se fuera. Yo tampoco estaba bien, no me valoraba a mí misma, ya ni me arreglaba”, cuenta Noemí.
Celso afirma: “Salía del trabajo y no quería volver a casa, me quedaba con mis amigos tomando cerveza”.
En la Terapia del Amor ella aprendió a ser feliz consigo misma: “Entendí que tenía que sacar de adentro mío todo lo que me hacía mal y aprender a valorarme como mujer.
Un día nos encontramos en la puerta de la Iglesia y él me pidió volver a casa, pero casándonos, y así fue. Hoy hay diálogo, llega a casa temprano, hay cariño y afecto. La relación cambió totalmente, nos complementamos y somos muy felices”.
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