El pasado martes 24 de marzo, el obispo Djalma visitó la Universal de Florencio Varela para realizar una reunión de fe y milagros, en la que más de 3000 personas pudieron recibir una palabra de salvación.
Al comenzar el encuentro, el obispo oró por las personas que se encontraban muy mal debido a la actuación de una fuerza maligna. De la gran cantidad de personas que fueron libres del mal, Elizabeth comentó que tenía problemas con su esposo y había intentado suicidarse: “estamos separados, hubo agresiones y adulterio, ayer estuve a punto de matarme, estoy angustiada, mi suegra me invitó a la iglesia”. Después de la oración, afirmó: “estoy muy bien, siento que me saqué un peso de encima, no tengo más ganas de matarme, estoy contenta”.
El obispo explicó: “Hicimos lo que está escrito en la Biblia. Ahora usted tiene que mantenerse en la Iglesia y, hoy mismo, entregar su vida a Jesús”.
Luego, el obispo habló con otras personas que dieron testimonio del milagro que recibieron en ese momento, como Andrés, de 70 años de edad: “Desde los 9 años que no podía flexionar las rodillas ni permanecer parado, sentía mucho dolor. Participé de la oración y el dolor desapareció, puedo caminar normalmente”.
A continuación, el obispo hizo la oración más importante de la tarde, en la que todos los que lo desearon pudieron entregar su vida al Señor Jesús. “Cuando uno entrega la vida a Jesús, pasa a pertenecerle. Entonces, si su vida es de Dios, ¿la envidia, la brujería, la hechicería, el mal podrán hacerle algo? No, porque su vida es de Jesús. Si el mal quiere hacer algo en su contra, primero tendrá que quitarle su vida a Jesús y yo dudo que eso suceda. Yo soy padre y jamás le daría la vida de mis hijos a alguien que quiera hacerles daño.
Muchos no quieren entregarle la vida a Jesús porque para eso tienen que vivir de acuerdo con la Palabra de Jesús, con Sus pensamientos. Tienen que obedecer y practicar Su palabra, así pasan a vivir de acuerdo a la voluntad de Jesús y la vida no tarda en cambiar”, explicó, para luego orar por los que deseaban entregarse por completo a Jesús.
Fue una reunión inolvidable para las 3000 personas que participaron, porque aprendieron el secreto para vencer y ser felices con Jesús.