Lilian: “Mis problemas empezaron en la niñez, mis padres murieron cuando tenía 12 años. Mi mamá murió por una embolia y al mes, mi padre falleció por una taquicardia.
Fui a vivir con mis tíos y me separé de mis hermanos. Desde aquel momento, la vida dejó de tener sentido. Sentí un vacío interior durante años. Tenía pesadillas y cuando dormía sentía que alguien me agarraba de los pies.
Dejé de estudiar para trabajar y pasé por muchas humillaciones. Al tiempo conocí a mi marido, pero constantemente, pensaba en quitarme la vida. El peor momento fue cuando me dijeron que sufría hipertiroidismo, fue como un balde de agua fría; debía tomar medicamentos toda la vida. No tenía ganas de nada y pensaba: ‘Dios dame fuerzas para soportar esto hasta que mis hijos crezcan’.
Llegué a la Universal, por una invitación, pero al tiempo, dejé de ir. Después regresé y aquel día no podía hablar, lo único que hacía era llorar.
Vine los viernes y mi vida cambió. Hoy ya no tengo ganas de morir, estoy sana y la tristeza no existe, ahora quiero seguir adelante”.
Participe este viernes a las 8, 10, 12, 16 y principalmente a las 20 h en Av. Corrientes 4070, Almagro o haga clic aquí y vea la dirección de la iglesia más cercana a su hogar.
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