El pasado sábado 14 a las 21, en el Templo Satánico de Los Ángeles, parte de la organización satánica nacional, organizó un encuentro masivo. La noche comenzó con una presentación del político satanista Steve Hill, quien se candidateó para el Senado el año pasado.
“Soy un satanista en cuanto a tratar de hacer que la gente entienda que yo no creo en el diablo más de lo que creo en Dios”, dijo Hill.
Más tarde, se presentó un ritual de sangrado en vivo, además se les dio la oportunidad de participar de ritual de destrucción y un ritual de invocación con música en vivo, que duró 50 minutos. A las dos de la mañana los invitados participaron de un ritual de sangría que duró media hora.
La invitación anunciaba el objetivo del encuentro: “Celebraremos la liberación, la rebelión y una nueva alianza satánica global”.
El grupo cuenta con más de 200 mil miembros y se distancia de conceptos como el miedo al infierno o la ira de Dios. Además, entre sus dogmas defiende que “Las creencias se deben conformar a nuestra mejor comprensión científica del mundo”. Además, aseguran que debemos tener cuidado de no distorsionar hechos científicos para que encajen en nuestras creencias.
En nuestro país la cantidad de satanistas se ha elevado. En Argentina ya son 42 mil personas, solo en Capital Federal y el Conurbano. De esta cantidad el 15 por ciento son menores de 13 años.
El obispo Macedo en su libro Estudios bíblicos habla acerca de la forma en que las personas pueden ser engañadas en la actualidad:
“¿Cuántas religiones existen en el mundo? Algunas se dividen en grandes religiones, facciones, sectas, filosofías religiosas, pensamientos religiosos, folklores, etc. De hecho, existen miles de religiones, iglesias, sectas y movimientos que reúnen falsas doctrinas o enseñanzas para confundir cada vez más al ser humano, (Mateo 24:12).
Hay una acción diabólica en este mundo creando falsas enseñanzas para engañar a las personas. La mayor acción del diablo, sucede dentro de las mismas religiones, donde él se disfraza, parece “un ángel de luz”, habla con palabras convincentes y dicen mentiras que parecen verdades para engañar, si fuera posible, hasta a los escogidos (Mateo 24:24).
Satanás y su jerarquía de seres espirituales de maldad (Daniel 10:13 y Efesios 6:12) son los agentes invisibles y la causa real de la sed de poder e inteligencia maléfica, inclusive de los dictadores y de todos aquellos que buscan y usan su poder para el mal.
El apóstol Juan escribió: “Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno.”, (1 Juan 5:19). El propio Señor Jesús afirmó que Satanás actúa como un padre para los que le pertenecen, pero un padre destituido de misericordia (Juan 8:44). Él es reconocido como un rey y dios de este siglo, pero su reino es de tinieblas y muerte, (Hebreos 2:14; Judas 1:9); un reino espiritual maligno que ciega los ojos del entendimiento de las personas para que no comprendan la verdad de la salvación que hay en Cristo Jesús, (Efesios 2:2-3 y 2 Corintios 4:3-4).
En el pasado el gran mal de la humanidad era la incredulidad. Hoy parece ser, al contrario, las personas creen en todo lo que el diablo les sopla a sus oídos. La confusión espiritual de los últimos tiempos ha dado la oportunidad para el surgimiento de innumerables sectas y doctrinas falsas. El cristiano no debe dar oídos más que a la Palabra de Dios:
“Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios…”, (1 Timoteo 4:1).
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