“¿O no sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, que está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?” 1 Corintios 6.19
Dios nos concedió Su Espíritu y nos selló como Su propiedad exclusiva para que manifestáramos sus Obras en este mundo y ayudar a otros a encontrar al mismo Dios. Así, estos también vivirán sólo para Él y su vida será referencia para otros.