La mayor preocupación del ser humano es la que tiene en relación a su propio futuro. La inquietud sobre el asunto lo ha llevado a buscar formas de descubrir lo que sucederá. De allí surgió el pronóstico del tiempo, la astrología, los estudios sobre estimaciones, etc. Pero, en realidad, todos podemos tener una noción clara de cómo será nuestra vida de aquí a 10, 20 o 30 años, además de donde pasaremos la eternidad.
Jesús dijo que el Reino de Dios está dentro de las personas (Lucas 17:21). Entonces, podemos llegar a la conclusión de que el reino del diablo también. Y, si ambos reinos están en el interior de los seres humanos, nadie más puede verlos o saber cuál carga, a no ser el propio portador. Por eso, nadie, además de uno mismo, puede saber lo que le espera en la eternidad
Esto quiere decir que lo que está dentro de usted es una pequeña muestra de lo que usted vivirá para siempre, incluso después de partir de este mundo. Así como el Reino de Dios es la muestra del Reino de los Cielos, el reino del diablo es la muestra del reino del infierno.
Luego, si lo que está en su interior es justicia, paz y alegría, conforme está escrito en Romanos 14:17, su vida eterna también será de justicia, paz y alegría. Sin embargo, si su interior está lleno de malicia, sufrimiento y tristeza, su vida eterna también será de grandes males, sufrimiento y tristeza.
Quien es nacido de Dios carga el paraíso en su corazón, incluso en medio de un infierno de problemas. Mientras que quien no es nacido de Dios carga el infierno dentro del pecho, incluso en medio del paraíso de una vida cómoda y sin grandes preocupaciones.
Recuerde: los efectos de la muestra que usted carga se multiplicarán extraordinariamente en el futuro y usted no sabe si será hoy, mañana o dentro de 10 años. Por eso es necesario estar preparado y luchar para tener dentro de uno el Reino de Dios, a fin de que en ese día pueda entrar en él.
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