Durante esta semana, publicaremos fragmentos del libro “Mujer V” de Cristiane Cardoso, para que sirva de reflexión
Considera los caminos de su casa, y no come el pan de la pereza.
(Proverbios 31:27)
La pereza es una de las peores características de las jóvenes. ¿Cuántas veces en el día las oyes decir “estoy cansada”? Ellas sólo realizan sus tareas por obligación. Si pudieran, dejarían de ir a la escuela y se encerrarían en el cuarto con la computadora, o pasarían el día en el shopping con las amigas. No le suman nada a la sociedad, a no ser cuentas altísimas de teléfono.
Recuerdo la época en que era más joven, y sé lo que es ir a la escuela todos los días, volver a casa y sólo tener ganas de quedarme frente a la TV tomando todo lo que se me ofrece. Sé lo que es ir a la cama y no poder dormir por todos los sueños que me gustaría que se hicieran realidad. Conozco aquel mundito que creamos para nosotras mismas y cómo eso nos ayuda a sentirnos seguras y a lidiar con la soledad. Cómo un animal al que estimamos se puede convertir en nuestro mejor amigo, y el osito de peluche en nuestra válvula de escape.
La pereza hace eso con nosotras. Cuanto más perezosas seamos, menos productivas seremos y más insignificantes serán nuestros pensamientos.
Soñar despierta, por ejemplo, sucede durante diferentes períodos del día. Puedes estar en el trabajo, en la escuela, manejando o andando en la calle, o simplemente acostada en la cama. Son como las olas del mar, no paran, llevándote cada vez más lejos. De repente, tus pertenencias dejadas en la playa quedan tan distantes de ti, que cualquier persona puede robártelas delante de tus ojos. Eso es lo que pasa cuando soñamos despiertas.
Somos llevadas a lu gares que nunca van a existir y a eventos que nunca van a suceder. Mientras tanto, perdemos el contacto con nuestra realidad. Yo tenía la costumbre de soñar despierta y sé exactamente cómo esas imágenes falsas pueden hacer sentir a una joven, especialmente si es solitaria y se siente inferior a otras chicas.
En tus sueños, tu verdadero “yo” se sienta en la platea y tu falso “yo” queda en el escenario. Te destacas. Eres especial, conocida, popular, admirada por todos, deseada y todo lo demás que una persona puede querer ser. El problema es que, cuando caes en la realidad, lo ves tan lejano a lo que quieres ser, y todo lo que logras sentir es frustración, como si jamás pudieses ser lo suficientemente buena.
Y como si no alcanzara tu bajo nivel de convicción, tus estudios y trabajo también se ven afectados. Consecuentemente, tu desempeño no es tan bueno como el de las demás personas a tu alrededor, y así corres el riesgo de quedarte atrás o simplemente ser conocida como “aquella que no es tan inteligente”.
Es evidente que lo más importante es la vida real. La realidad es lo que importa, y, si eso no es así para ti, debes hacer algo, lucha para recuperar tu vida o simplemente hazla mejor. Todo el mundo puede ser lo que quiera, pero solamente algunas personas se dan cuenta a tiempo, el resto se queda soñando despierto como si tuvieran todo el tiempo del mundo para volver un día a tierra firme.
Cuando “ese día” llega, puede ser demasiado tarde, estás tan vieja o has tomado tantas decisiones incorrectas que ya no consigues luchar por tus sueños.
La vida no va a esperar a que te despiertes. Va a pasar, y un tiempo valioso habrá sido desperdiciado, no hay dudas de eso. La única manera de evitar esa locura es mantenerse activa.
No dejes que tu mente esté vacía. Concéntrate en alguna cosa y, cuando termines, concéntrate en otra cosa, hasta que estés bien cansada y sólo te resten fuerzas para ir a la cama. Te estarás haciendo un gran favor, perfeccionándote en lo que haces, dedicándote a cosas nuevas, descubriendo nuevos talentos y nuevas habilidades, y haciendo de la realidad un sueño mucho mejor para soñar.
Cualquier persona puede ser activa, y ser activa pura y simplemente no va a hacerte una Mujer V. Certifícate de que te ocupes primero con las cosas que sólo tú puedes hacer. Y si te sobra tiempo, haz otras cosas.
Aquí, una lista de cosas que SÓLO TÚ puedes hacer: Cuida tu salud – ingerir comida saludable, ejercitarte y cuidar tu cuerpo son, la mayoría de las veces, las últimas tareas de tu lista de cosas para hacer. Invierte este cuadro y haz de esto una prioridad. Al fin de cuentas, si te enfermas, ¿cómo podrás realizar las demás tareas de tu lista?
Cuida tu vida espiritual – orar, leer la Biblia, ir a la iglesia por lo menos dos veces a la semana o guardar tu corazón de bronca y de todo tipo de malos sentimientos, son cosas que pueden fácilmente ser dejadas para el siguiente día, semana, mes o año, hasta que sea demasiado tarde para hacer algo. Las personas pecan a cada minuto por este motivo. Sé más inteligente.
Da más de ti – nadie puede hacerlo por ti. Si estás esperando recibir para recién poder darle a los demás, es mejor acostarte y esperar a que llegue la muerte. Siempre hazte la siguiente pregunta: “¿Cómo puedo dar más de mí hoy?” De esta manera, estarás dando y siempre recibiendo. Es una muy buena manera de vivir.
Sé tú misma – sólo tú puedes hacer eso. Entonces, ¿por qué intentar ser otra persona? ¿Las personas compran el mismo par de zapatos dos veces? ¡Nada de eso! Odio las réplicas, odio saber que no poseo lo verdadero. O es original o no es nada.
Sé responsable – sea cual fuere tu situación, desempéñate bien. Si eres madre, hija, empleada, esposa, ama de casa o estudiante, debes saber una cosa: sólo tú puedes ejecutar bien esa tarea. Entonces, ¿por qué perder tiempo?
Otro buen motivo para mantenerte activa es el hecho de que la pereza es una de las principales causas por las cuales constantemente eres bombardeada por malos pensamientos. Si tu mente está vacía, va a atraer toda la suciedad de este mundo. ¿No es por eso que las casas vacías llegan a asustar? Telarañas por todos lados, polvo e insectos raros son apenas algunas de las cosas que puedes encontrar. Nadie vive ahí, pero, en vez de permanecer limpia como fue dejada, atrae más polvo y todo tipo de suciedad. Así también funciona la mente.
Si no creas el hábito de aprender cosas nuevas o de encontrarle la solución a diferentes desafíos, la mente queda vacía e improductiva. Igual a un músculo que nunca es ejercitado, tu mente se hace improductiva, atrayendo todo tipo de pensamientos que no sirven.
La Mujer V está siempre en búsqueda de alguna forma de mejorarse a sí misma y a su familia. No se contenta sólo con una victoria. No tiene FRANCO, pues generalmente eso significa TIEMPO PERDIDO.
Las personas perezosas desvían fácilmente la atención de sus objetivos. Hoy dicen que tienen muchas ganas de cambiar, pero mañana actúan como si poco les importara tal cambio. Tienen dificultades en concentrarse en cosas buenas porque siempre son perezosas, con mucha pereza para pensar, con mucha pereza para ayudarse a sí mismas. Es muy triste, pues su potencial se desperdicia, y generalmente durante la mejor época de sus vidas, cuando son jóvenes y están llenas de energía. Cuando despiertan a la realidad, ya son demasiado grandes como para hacer la mayoría de las cosas que les gustaría, y ahí viene el arrepentimiento. “Ah, si lo hubiera hecho diferente cuando era más joven”, piensan. ¿De qué sirve pensar así ahora? Si desperdiciaste buena parte de tu vida, entonces cambia las cosas a partir de ahora, empezando por ocupar tu mente. No dejes que la pereza te domine.
A mí me gusta estar ocupada al punto de no tener tiempo para sentirme triste o para entretenerme con sentimientos, y eso generalmente me funciona. En verdad, cometo menos equivocaciones cuando estoy ocupada. Cuando los recuerdos empiezan a surgir, rápidamente los ignoro, como si estuviese dormida. Esto no significa que no tenga sentimientos, simplemente decido ignorarlos y trato de ocuparme con algo. Hago lo mismo cuando me siento triste. Empecé con este hábito hace algunos años, cuando me diagnosticaron una terrible alergia a los gatos.
Es esa época, tenía un lindo gato de raza Ragdoll, de 2 años. Su nombre era Josh, tenía ojos azules, era extremadamente inteligente, amable y tranquilo. No pude ni siquiera adivinarlo, en cuanto llegué del consultorio médico, el gato se había ido. Mi esposo amaba al gato, pero me amaba más a mí. Siendo así, cuidó todos los detalles y yo ni tuve la oportunidad de despedirme de Josh.
Mi corazón quería llorar e implorar para quedarme con el gato, aunque eso significara tomar más remedios, pero mi mente sabía que no podía tener gatos, y nadie podía hacer nada. Mi corazón estaba partido, pero decidí no sentir. Decidí no hablar más de ese gato. Cada vez que alguien tocaba ese asunto, yo educadamente decía: “No quiero hablar sobre eso”. Y una vez que la táctica funcionó para algo tan tonto, decidí que también funcionaría para las cosas importantes de mi vida.
Fue así como empecé a ser activa y a ocuparme lo suficiente como para no darme cuenta de cualquier sentimiento o emoción que normalmente me dejaría abatida durante días.
Haciendo el trabajo de un hombre
Débora fue una mujer extraordinaria que tuvo una vida muy activa. Puedes leer su historia en Jueces 4 y 5. Ella era profetisa y jueza, algo que no era común en aquella época, cuando las mujeres casadas eran casi siempre amas de casa. El pueblo de Israel acostumbraba acudir a ella en búsqueda de consejos y justicia, eso dice mucho.
Pocos son aquellos que confían en otras personas al punto de permitirles que juzguen sus causas y les den consejos. Desconfiamos mucho de los demás, es una característica del ser humano. Siempre está esa sensación de que alguien está sacando provecho de nosotras y tenemos que defendernos y protegernos a toda costa, aunque eso signifique que tengamos que sufrir solas.
Débora no sólo fue profetiza y jueza en Israel, sino también una persona admirada y respetada por todos. Cuando llegaba el momento de ir a la guerra, el pueblo sólo quería ir si ella iba con ellos. Una mujer tenía que ir a la guerra para que todo el ejército pudiese ir. ¡Qué mujer extraordinaria!
Si no conoces muy bien la historia de Débora, debes pensar que era una de esas mujeres solteras, independientes y exitosas. Bueno, estás equivocada. Era un ama de casa y servía a Israel movida por la fe en Dios. No lo hacía por la posición o por el poder que tendría, tanto es así que cuando fue llamada para juntarse a Barac, líder de la tribu de Neftalí, durante la guerra, dijo: Iré contigo; mas no será tuya la gloria de la jornada que emprendes, porque en mano de mujer venderá el Señor a Sísara. (Jueces 4:9)
No es que ella estuviese queriendo humillar a Barac, sólo quería alertarlo del hecho de que todo el pueblo sabría que Israel había ido a la guerra por causa de ella, y le darían la honra por la victoria. ¡Jamás pensarías que un ama de casa y madre también podría ser una profetisa, jueza y también un soldado! No hay dudas de que Débora era una mujer activa, así como tampoco hay dudas de que era buena en todo lo que hacía, de lo contrario, el pueblo no la hubiera escuchado.
Una cosa es ser activa y ser una pésima ama de casa y madre, otra cosa es ser activa y, aun así, ser buena en todas las cosas que te hacen ser una mujer activa. Esto hace que las personas te respeten, pues ven que tú realmente vives lo que predicas.
Israel tuvo paz en la época de Débora, no porque ella fuese perfecta, sino porque se ocupaba de las cosas que realmente importaban. El pueblo no tenía un juez o gobernador en aquel tiempo, y ella, sin recibir nada a cambio, asumió el puesto. Ellos no tenían un héroe de guerra con quien contar, y ella, sin recibir nada a cambio, asumió el puesto. Y a través de su vida activa, vemos la intención de su corazón en servir a Dios por sobre todo. Tal vez ahí esté la diferencia de Débora.
Ella se ocupaba de las cosas de Dios. Y cuando te ocupas de las cosas de Dios, estás muy activa para cometer errores. ¿Qué te ha llevado a la pereza?
¿Qué puedes hacer para evitar la pereza y así empezar a ocuparte en lo que es realmente importante?