Las últimas estadísticas elaboradas por el Observatorio sobre el Uso de Sustancias Psicoactivas del ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires, indican que aumentó casi un 4% la cantidad de mujeres que inician tratamientos por el consumo de sustancias adictivas.
En ellas, tanto la droga con la que inician el consumo como la que las lleva a buscar ayuda en centros especializados, es mayormente el alcohol y el paco.
Otro de los datos que se destacan y llama la atención de los equipos de la Subsecretaría de Salud Mental y Atención de las Adicciones es el incremento en 9 puntos porcentuales de los casos femeninos de “policonsumo”.
Hace cuatro años, el 37,4% de las mujeres que requerían tratamiento por adicciones lo hacía con un cuadro de policonsumo. Hoy ya son el 46,3% las que hacen un uso problemático de varias drogas al mismo tiempo. Los especialistas explican que estas pacientes que hacen un uso problemático de varias sustancias psicoactivas suelen, por ejemplo, consumir alcohol, cocaína y pastillas, o alcohol más cocaína y marihuana. Pero todos coinciden en que la mayoría de estas posibles combinaciones -que generan graves peligros para la salud de las consumidoras- contienen alcohol, sustancia que continúa a la cabeza de los consumos problemáticos en la mujer.
¿Qué causa este consumo desenfrenado?
Varios son los factores que pueden llevar a una mujer a consumir alcohol. La soledad, el maltrato en el hogar, el abandono, son algunos de los problemas que se buscan tapar con el consumo de bebidas alcohólicas.
Paola Franco odiaba a su mamá porque cuando tenía un año y tres meses, ella la había abandonado. Entonces vivía con su papá, pero él era muy violento. “Perdimos la casa y nos fuimos a vivir a Paraguay, allá él me dejó en la casa de mi abuela donde pasé necesidades y sufrí agresiones. Pasaron años y regresó por mí para volver a Argentina, entonces todo empeoró. Vivía en casa de amigos y una vez intentaron abusar de mí”, recuerda.
Pensaba en suicidarse, no veía una salida, entonces comenzó a tomar, a fumar y a consumir marihuana. Cuando quedó embarazada. el padre de su hija se fue y una vez más fue abandonada. Como ella no quería la misma vida para su hija, decidió irse de su casa y buscar a su mamá.
Para su sorpresa ella iba a la Universal y la invitó a la FJU. Ahí su vida fue cambiando, aprendió a perdonar, venció el odio y la tristeza y la relación con su familia cambió. “Abandoné los vicios, el nerviosismo desapareció y hoy tengo paz y soy feliz”, finaliza sonriendo.
Sea libre de los vicios, participe de una reunión este domingo a las 15hs en Av. Corrientes 4070 – Almagro
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