Con certeza usted ya conoció a una mujer que se puso al frente del problema de un hijo, de un esposo, de un familiar o de una amiga y fue tan valiente que logró definir la situación.
La Biblia también habla de una mujer así. En la Palabra, su nombre no es citado, pero a ella se la identifica con una mujer sabia (2 Samuel 20:16), que tomó una actitud valiente, quien salvó la vida de todos los que vivían en su ciudad.
Todo comenzó cuando Joab estaba persiguiendo a Seba, que había desobedecido al rey David (2 Samuel 20:1-2) y perseguido a una ciudad llamada Abel-bet-maaca. Joab deseó matar a todos los de aquella ciudad por su causa (2 Samuel 20:15).
Pero esta mujer lo impidió, haciendo que él pensara en la actitud de quitar la vida de todo un pueblo que era herencia de Dios, sólo por causa de un hombre rebelde (2 Samuel 20:19).
Ella entró en acuerdo con Joab: entregar la cabeza de Seba, para resguardar la vida de todos (2 Samuel 20:21). Y, a fin de que eso sucediera, ella convenció a todos los ciudadanos que cortaran la cabeza del desobediente. Y así lo hicieron, tirándosela a Joab (como cuenta la historia) quien retiró a sus guerreros y volvió a Jerusalén (2 Samuel 20:22).
Enseñanza
Personas así son raras en los días de hoy. Aquella mujer fue sabia. La Biblia no dice si ella tenía algún tipo de educación, pero con seguridad, tenía el entendimiento de toda la situación, de que personas podrían morir por nada (2 Samuel 20:16).
Ella fue una mujer inteligente, valiente, que no tuvo miedo de tomar una actitud. Aun sin conocer a Joab, sin saber si él la entendería o sería violento, ella llamó su atención respecto a lo que estaba a punto de hacer.
Sin embargo, lo más importante de ser sabia, es mantenerse humilde. A pesar de saber que evitaría una tragedia, ella no se jactó por eso y se identificó como “una de las pacíficas y de las fieles en Israel”. Esta mujer no era soberbia, aunque tuviera valentía y generosidad.
Que usted pueda dirigir su sabiduría para ayudar a personas, sin miedo de lo que vendrá o si alguien la juzgarán o la interpretarán mal. Hay personas necesitando una palabra de incentivo, que puede salvarles la vida.
Esta mujer es un ejemplo de que la sabiduría edifica y evita la destrucción (Proverbios 14:1). La inteligencia anda junto con la valentía, y la unión de estas dos cualidades sólo puede dar como resultado victoria, prosperidad y vida.