La natación, cuando se practica adecuadamente, disciplina la mente y el cuerpo, no solo ejercita la capacidad de centrarse en el rendimiento sino también ayuda a mejorar la coordinación motora, el sistema cardiovascular, el respiratorio, la resistencia, además de ser un deporte emocionante para quien lo practica.
Aunque la natación ya se practicaba en la Grecia antigua por sus beneficios para la salud y ya hacia parte de los Juegos Olímpicos de aquella época, las reglas oficiales como deporte competitivo las crearon los británicos en el siglo 19.
Sin embargo, su práctica no se limita a mover las piernas y los brazos. El cuerpo y la mente necesitan estar en sintonía incluso antes de que el practicante se sumerja (también existe un modo correcto para entrar al agua). Los miembros superiores e inferiores deben moverse coordinadamente, pero combinados con el ritmo de la respiración y el posicionamiento del tórax, enfocado en la actividad – sin dejar que las distracciones a su alrededor obstaculicen su rendimiento, cuando nada para ejercitarse como en las competencias. Y el entrenamiento no se limita a la piscina – un buen atleta debe comer bien, dormir bien y evitar las adicciones, y otros hábitos saludables.
Sin disciplina, nadie puede ser un nadador decente. Aquel que prefiere quedarse en la cama calentita un día lluvioso o frío es poco probable que tenga buenos resultados en un podio o en una revisación médica. Sin disciplina y concentración, la actividad se convierte simplemente en “jugar en el agua”.
Hay algunas técnicas diferentes para los adeptos de la natación marítima o de la que se practica en grandes lagos o ríos, a causa de las diferencias obvias de una piscina – corrientes, profundidad, temperatura del agua, etc. En la naturaleza o en las piscinas artificiales, hay varios estilos de natación: Crol (o libre), pecho, espalda, mariposa y dorso, que el nadador aprenderá a medida que se desarrolla.
No hace falta decir que ya hablamos sobre el ejercicio con responsabilidad, pero sigamos: es esencial que, antes de aventurarse a las brazadas, se realice una revisación médica. El profesional de la salud determinará si hay alguna objeción o si el paciente puede, según sus capacidades, edad, peso y otros factores. Hablando de edad, se recomienda la natación para todas las personas, desde bebés hasta ancianos, con los debidos cuidados que cada grupo de edad requiere – con seguimiento médico y el de instructores.
Y, ya que el tema también es la salud, para esta cuestión la natación se considera el deporte más completo, porque trabaja con diversos grupos musculares y sus articulaciones, mejora la postura, desarrolla los sistemas circulatorios y respiratorios y hay una significativa mejora en la resistencia física.
A lo largo de los siglos, el hombre ha alcanzado la excelencia incluso cuando no está con los pies en tierra firme. Pero no lo habría logrado sin una cosa llamada, disciplina.
Momento de entrenamiento
Si usted ya hace ejercicio con regularidad y correctamente, genial. Si no, ¿qué le parece aprovechar el consejo de esta página y buscar primero a un médico y después un profesional de educación física en el gimnasio o en el club más cercanos (no todos los establecimientos de ese tipo son caros y hay, incluso, gratuitos) para saber si usted está apto para entrenar para ser una atleta del agua? Hay más consejos sobre este tema en el Desafío #11, ingresando aquí.
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