Existe una modalidad de ayuno muy oportuna para nuestros días. Esta nos limpia, nos santifica y además evita que suframos una serie de molestias en la vida.
¿Curioso/a? Es el ayuno de las conversaciones sin sentido. ¡Eso mismo que leyó!
La Biblia dice:
“El que guarda su boca y su lengua, guarda su alma de angustias.” Proverbios 21:23
Entonces, podemos decir que mantener la boca cerrada promueve la paz en el alma. Esto es porque la lengua bajo el control del Espíritu no vive metida en trivialidades, además de que esa persona tiene más tiempo para mirarse a sí misma.
Eso es muy bueno, pues, a fin de cuentas, todos ya tenemos muchos defectos para reparar, ¿no es cierto?
Pienso que quien se siente cómodo como para cuidar la vida de los demás, debe verse como “perfecto”, por eso, se coloca en ese papel.
Por lo tanto, no nos olvidemos: quien practica la Palabra de Dios disfruta de una gran recompensa: una vida más tranquila, con menos problemas, más proactiva y con más crecimiento personal.
¿Vamos a entrar en este ayuno, pueblo de Dios?