El ser humano enfrenta a diario todo tipo de adversidades que obstaculizan sus metas personales. Como algunos no saben lidiar con estos desafíos, desisten de sus proyectos. Con el paso del tiempo, dejan de soñar y de tener expectativas para el día de mañana.
¿Qué es lo que ha causado tanto fracaso?
Muchas personas que dicen ser cristianas han intentado vencer al diablo utilizando las armas que le pertenecen a él: hablan de Jesús, pero mienten; dicen creer en Dios, pero no Lo obedecen; se consideran personas de fe, pero desisten cuando sobrevienen los problemas; etc. Estas actitudes incoherentes son las que provocan el fracaso en sus vidas y el fin de muchos sueños.
¡Sea uno de los 300 valientes de Gedeón!
El pueblo de Israel había enterrado su sueño de paz y libertad, y Dios pidió luchar con armas insólitas, que iban más allá de todo entendimiento. En la batalla contra los madianitas, Dios le pidió a Gedeón que sus hombres llevaran trompetas y cántaros en sus manos. En su interior, debían encender fuego para iluminar la noche (Jueces 7). De esta forma, al rodear el campamento de los enemigos, los 300 valientes harían sonar las trompetas y quebrarían los cántaros para que, al oír el barullo ensordecedor durante la medianoche, los madianitas pensaran que estaban siendo atacados por un ejército numeroso. Ellos lo hicieron así y, por haber obedecido y confiado en Dios, vencieron la batalla de una manera sorprendente.
Los valientes de Gedeón no tenían las armas convencionales que se usaban comúnmente para la guerra, sin embargo, a través de las armas espirituales, derrotaron a los madianitas. El toque de la trompeta representaba el clamor a Dios en el momento de aflicción, mientras que el cántaro y el fuego, simbolizaban la fe de cada guerrero.
Si usted desea vencer sus problemas y obtener las Promesas Divinas, actúe como los 300: confíe en el Señor en cada guerra personal y no use las herramientas del diablo.