Cuando usted no está feliz consigo mismo, hay una angustia que constantemente le señala todo lo que está mal en el mundo a su alrededor como responsable de esa infelicidad. Las personas que no lo entienden. Las cosas que no son como deberían ser. Las injusticias que agitan su ira… ¡Tantas cosas mal!
Una sensación de impotencia lo domina. Angustia.
Eso sucede porque su enfoque está dirigido hacia AFUERA, mientras que su único poder de cambio está ADENTRO de usted mismo.
No condicione su felicidad al cambio de los otros. Deje de depender de que el mundo a su alrededor cambie para que usted sea feliz. Cámbiese a usted mismo. Adáptese. Madure. Deje de ser sentimental y melancólico sobre lo que usted no puede cambiar. Use sus energías con más eficacia.
Extraído Blog Obispo Renato Cardoso
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