Miley Cyrus está curada. O, al menos, eso es lo que ella afirmó a la revista estadounidense Billboard del mes de mayo. Después de desagradar al mundo con sus danzas provocadoras, apariciones semidesnudas, problemas con la justicia e imágenes consumiendo drogas como alcohol y marihuana, la cantante, de 24 años, afirma que está madurando y que su vida, de ahora en adelante, será diferente.
“Esto es loco, pero no fumo marihuana hace 3 semanas”, afirma Miley. “Es el mayor tiempo que me quedé sin fumar. No he consumido drogas, no he bebido alcohol, estoy completamente limpia ahora.”
La decisión de dejar de drogarse vino de la propia cantante, que relató: “Me gusta acercarme a personas que me hacen querer ser mejor, más evolucionada, abierta. Y noté que esas personas no son las que están drogadas. Quiero ser superlimpia y superfuerte, porque sé exactamente dónde quiero estar.”
En los últimos días, desde que la entrevista fue publicada, los fans de la cantante se animaron con la rehabilitación y enviaron varios mensajes de apoyo. Todos esperan que ella realmente siga ese camino más centrado que está anunciando.
Pero ella, ¿estará utilizando las herramientas necesarias para librarse definitivamente de un vicio que la consume hace, por lo menos, 8 años, cuando surgieron las primeras imágenes de Miley consumiendo marihuana?
¿Por qué solo no es posible?
Miley ahora dice estar dándole más atención a su familia y a su novio, que quieren verla mejor. Sin embargo, afirma haberse decidido sola a dejar las drogas y garantiza que necesita recorrer ese proceso por sí misma, sin sufrir la influencia de las demás personas.
La iniciativa es óptima. Sin embargo, la propia dependencia química es una influencia externa que la subyuga hace años.
“El vicio es un espíritu, y ese espíritu desgraciado es el que lleva a la juventud a la muerte prematura. Es lo que lleva a la nación a la destrucción”, explicó el obispo Edir Macedo durante la “Palabra Amiga” transmitida por emisora de radio “Red Aleluya”. “Y porque es un espíritu, solo el poder del Espíritu de Dios es capaz de arrancarlo, de neutralizarlo.”
Como declara el obispo, la única herramienta eficaz en el combate al vicio es la fe en Dios. Esto porque, por más que la persona tenga ganas de abandonar los viejos hábitos, el hombre aún es débil, mientras que Dios tiene total poder para subyugar cualquier espíritu nocivo.
El obispo Rogerio Formigoni, responsable del Tratamiento Para la Cura de los Vicios en la Universal, declara que muchas personas ya buscaron ayuda de otros hombres, pero no fueron capaces de liberarse:
“En su mayoría, las personas ya buscaron en clínicas; personas que ya buscaron en terapia, en grupos de autoayuda; personas que siempre oían aquella tesis, esa expresión: el vicio es una enfermedad incurable, progresiva y fatal. Y porque siempre escucharon eso, en su mayoría, terminaban entregándose, rindiéndose a la dependencia química.”
Esa rendición, sin embargo, no debe ocurrir al espíritu del vicio. Antes, el adicto debe rendirse a Dios y aceptar Su ayuda para liberarse.
“El poder de la fe, el poder de la Palabra de fe, el Espíritu de la fe, el Espíritu de la certeza, el Espíritu que nos hace creer en Dios. Ese Espíritu arrasa a cualquier espíritu del vicio. No hay espíritu del vicio que pueda vencer al Espíritu de la fe”, concluye el obispo.
¿Usted necesita ayuda para resolver ese problema en su vida? Entonces participe, los domingos a las 15h, del Tratamiento para la Cura de los Vicios en Av. Corrientes 4070, Almagro o ingrese aquí y ubique la Universal más cercana a usted donde se realiza el Tratamiento. Miles y miles de personas ya fueron libres de este mal. Participe usted también.
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