Johana y José aseguran que antes de llegar al Tratamiento de la cura de los vicios sus vidas “eran un desastre”. Ella recuerda: “Teníamos peleas y discusiones. En nuestra relación había muchos celos, maltrato verbal y violencia psicológica. Por eso, intentamos separarnos. Había vicios de prostitución, pornografía, alcohol y cigarrillos. Todo eso producía frialdad en la pareja. Yo me sentía humillada, usada, frustrada y con complejos con mi cuerpo porque el vicio de él era la pornografía. La situación me generaba mucha inseguridad y depresión. Eso hacía que yo me hundiera en los vicios del alcohol y los cigarrillos. Yo no quería estar con él, pero como lo quería, buscaba la forma de que dejara ese vicio”.
Por su parte, su esposo señala: “Estuve en el vicio de la pornografía durante veintidós años. A raíz de eso, tenía problemas en mi vida sentimental. Me costaba mantener una relación estable. Pensaba que eso era normal, por eso me costó salir de esa situación. Como máximo, podía estar dos semanas sin caer en ese vicio. Y cuando volvía, aunque fuera por cinco minutos, me sentía sucio y bastante mal”.
Johana asegura que se sentía “engañada y traicionada”. “Entonces, yo le pedí a él que me llevara a la iglesia. Ya no aguantaba la situación. Teníamos que buscar ayuda o separarnos. Empezamos a ir juntos a las reuniones. De a poco, se fueron las discusiones, las peleas y los vicios de ambos. Le entregamos todo nuestro caos a Dios”, subraya.
Y agrega: “Hoy nuestro matrimonio está bendecido, ya no hay peleas. Las frustraciones y los complejos que yo tenía desaparecieron. Ya no necesito tomar ni fumar para llenar el vacío. El cambio no fue de la noche a la mañana, pero la transformación que Dios hizo en nosotros fue grande. No tuvimos que pagar ni un peso por el tratamiento. Al contrario, nos ayudaron y nos orientaron y, gracias a eso, hoy tenemos un matrimonio bendecido”.
Por su parte, José señala: “Fui liberándome de a poco y empecé a ser consiente de que lo que estaba haciendo estaba mal y pude dejar ese vicio.
Hoy mi esposa tiene templanza, alegría y, si hay algún problema, lo solucionamos hablando calmadamente. Mi carácter también cambió”.