El último domingo 2 de septiembre, se produjo el cierre del 5ª Ayuno de Daniel y durante la reunión que tuvo lugar en el Cenáculo del Espíritu Santo de Santo Amaro, zona sur de San Pablo, el obispo Edir Macedo habló sobre la creación del hombre y sobre todas las herramientas que este recibió de Dios, que además de ser el único creado a Su imagen y semejanza, también nació para ser eterno y con capacidad de razonar y crear otras cosas.
“El diablo cayó porque quería ser semejante al Altísimo. El hombre tiene el mismo deseo. Y eso se llama orgullo, lo que hizo que Lucifer se transforme en Satanás y que ha impedido que las personas se conviertan al Señor Jesús”, explicó.
Después del mensaje, el obispo hizo una oración especial para que las personas recibieran el Espíritu Santo como recompensa del sacrificio que hicieron durante todo el propósito del Ayuno, “Ahora usted verá la diferencia entre lo que era y lo que será a partir del momento en que reciba el Espíritu Santo”, determinó.
La peluquera Antonia de Almeida, de 35 años, bautizada con el Espíritu Santo en el propósito anterior, cuenta que, antes, fue exactamente el orgullo que sentía lo que le impedía alcanzar su objetivo. “Yo estaba en la iglesia hacía 10 años, pero por el orgullo no admitía que aún no tenía el Espíritu Santo, hasta que deparé con una situación en que necesité del auxilio de Dios, sin embargo, estaba sola”, afirmó.
Ella destacó que se abstuvo de la información de los medios, incluso se mantuvo separada de las conversaciones que la sacaban de su foco espiritual. “Ya conquisté muchas cosas; tengo una familia bendecida, trabajo haciendo lo que me gusta, pero me faltaba lo principal, que era el Espíritu Santo. Hoy mi vida cambió completamente, porque, de hecho, sucedió un cambio interior”, recuerda.