“Pero la semilla en la tierra buena, éstos son los que han oído la palabra con corazón recto y bueno, y la retienen, y dan fruto con su perseverancia”. (Lucas 8:15)
Cuando uno nace de nuevo automáticamente da frutos. En las pequeñas cosas se puede ver el espíritu benevolente. Sus pensamientos son firmes y el corazón fiel y perseverante en la fe.
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