La casa, el marido, los hijos, el estudio y el trabajo son algunos de los múltiples cuidados y tareas de la mujer moderna. Este escenario hace que la rutina sea, por momentos, muy agitada. Todo ese ajetreo, más la presión de cumplir con las actividades habituales, pueden generar estrés.
Para Christian Barbosa, especialista en gestión de tiempo y productividad, es posible que las mujeres disminuyan o incluso se libren del estrés absorbido diariamente, siempre y cuando evalúen algunos comportamientos rutinarios y, lo más importante, no tengan miedo de pedir ayuda.
Haga las cosas de una nueva manera
No sirve sentirse estresada y continuar haciendo lo mismo. Evalúe cuál es su prioridad; ¿qué le hace sonreír durante el día y qué cosa la enoja más? ¿Es necesario cambiar algo? Con papel y lapicera en mano, defina el área de cambio. Evalúe si debe ser eliminada o sólo reestructurada. Realice un plan de acción por donde debe comenzar, y actúe de una nueva manera.
Busque ayuda
No intente vencer el estrés sola. Con personas que la quieren, conscientes de lo que le está sucediendo, todo es más fácil. Por ejemplo, pida ayuda para pedir turnos con médicos o incluso para acompañarla a hacer exámenes. No vaya sola al shopping ni al supermercado, y proponga salidas con amigos de la iglesia o del estudio. Aproveche más su tiempo libre al lado de las personas que ama.
Cuídese más
Las mujeres que están mejor con ellas mismas, con sus relaciones y con su vida son las que cuidan más de sí mismas y se valoran. Cuando se sienten bien (organizadas), respetadas y felices logran desbordar serenidad y amor a sus seres queridos, amigos y compañeros de trabajo. “La mujer agraciada obtiene honores; los fuertes obtienen riquezas.” Proverbios 11: 16