“Juntadme Mis santos, los que hicieron Conmigo pacto con sacrificio. Y los Cielos declararán su justicia, porque Dios es el Juez.” Salmos 50:5-6
Este Salmo es una demostración del juicio de Dios.
Pues, ese día, cuando vaya a juzgar, Dios va a llamar a Sus Santos, a aquellos que creyeron en Su Palabra, no solo teóricamente, sino en la práctica.
Pero ¿qué significa hacer un pacto con sacrificio?
Es cuando la persona renuncia al mundo, a la vida libertina, para vivir una vida dedicada a la obediencia a la Palabra de Dios.
Si usted obedece a la Palabra de Dios, es sellado con la Santidad Divina. Pues negó su vida para vivirla de acuerdo con la voluntad de Dios, es decir, hizo un pacto de sacrificios.
No hay forma de entrar en el Reino de Dios y tomar posesión de Sus bendiciones, bienaventuranzas, seguridad, prosperidad, salud, sin que usted sacrifique, sin que usted se niegue a sí mismo el derecho de vivir en este mundo para vivir en el Reino de Dios, que es el Reino de la Justicia.
Muchas personas dicen: “Jesús ya sacrificó por mí, yo no tengo que sacrificar”. Pero Jesús dijo:
“Si alguien quiere venir en pos de Mí, niéguese a sí mismo (SACRIFICIO), tome su cruz cada día (SACRIFICIO) y sígame (SACRIFICIO).” Lucas 9:23
Sacrificio en tres niveles, o sea, ¡usted tiene que hacer su sacrificio!
Para vivir en paz con usted mismo y con Dios, usted debe abandonar al pecado, a los amigos y enemigos, y vivir solo en función de su fe en el Señor Jesús. Eso es sacrificio, día tras día.
“… que hicieron Conmigo pacto con sacrificio. Y los Cielos declararán su justicia …”
Los Cielos serán testigos de nuestra justicia, de nuestros sacrificios por la fe en nuestro Señor Jesús.
¡Esa convicción de nuestro pacto con Dios es gloriosa!
Porque tenemos certeza del futuro de nuestra alma.
Y hoy, nuestra vida es el reflejo, una muestra de lo que será en el futuro, porque gozamos de la alegría, la paz y la seguridad que el Espíritu Santo nos da cada día.
Pero eso a costa del sacrificio diario, constante, por la fe, de fe en fe.