En el blog de la señora Viviane Freitas, vemos la importancia de la fuerza que poseen las palabras que usamos: “Las palabras de bendición pueden pasar de generación a generación, como también las de maldición. Por esto debemos reflexionar y pensar, antes de hablar, para que nuestros hijos sean bendecidos, así como nuestra descendencia.
El obispo Macedo comenta el poder que tiene una madre en sus hijos: ‘¿Conoce el poder que tiene su palabra de madre? La palabra de bendición es muy profunda y poderosa. Dios creó todo a través de la Palabra, vemos en el pasaje del centurión que él era romano, posiblemente idólatra, pero era consciente del poder de su palabra, y fue exactamente por esto, que llamó la atención del Señor Jesús, cuando dijo: ‘Señor, manda solamente una palabra, y mi siervo sanará’.
‘Al oírlo Jesús, se maravilló, y dijo a los que le seguían: De cierto os digo, que ni aun en Israel he hallado tanta fe.’, (Mateo 8:10)
Cuando somos conscientes de que todo lo que decimos y determinamos sucederá, transformamos esta autoridad en un poder de proyección de un futuro para nuestros hijos.
¡Hagamos lo posible por bendecir a nuestros hijos de todas las maneras, haciendo uso de esta arma que Dios nos dio!”.
[related-content]