Mi nombre es Daniel Junior Ribeiro da Silva, a los 13 años comencé a involucrarme con las drogas y con la marginalidad. También empecé a andar con ciertos tipos de compañías que me influenciaban hacia el lado negativo. A los 14 años, ya salía para hacer algunos hurtos. Desde entonces, las cosas solo fueron empeorando.
Cuando tenía 15 años, contraje una enfermedad en la cabeza que los médicos no sabían explicar. Me hice dos cirugías y estuve 3 meses internado, pero nada resolvía el problema.
Mi madre ya conocía el trabajo de la Universal, oró por mí y la enfermedad desapareció. Pero, después de que salí del hospital, regresé a la delincuencia, esta vez peor que antes. Me sumergí de cabeza en el delito, hice muchas cosas malas, y aun así no era feliz, no tenía paz ni lograba dormir a la noche. A veces pensaba “¿Por qué motivo estoy vivo?”. Ya había estado al borde de la muerte tantas veces, siempre prometía que iba a cambiar y no cambiaba. No sabía por qué aún estaba vivo.
Fue entonces cuando conocí la Universal y decidí entregarle mi vida a Jesús. En poco tiempo me bauticé en las aguas, me puse firme con Dios, ¡y me entregué verdaderamente en el Altar! Fui bautizado con el Espíritu Santo y mi vida fue totalmente transformada. ¡Tengo paz! Y ahora ayudo a otros jóvenes a encontrar lo que encontré. Formo parte de la Fuerza Joven Universal de Goiás, y desde que conocí a Jesús nació un deseo enorme de ganar almas, de llevarles a las personas la paz que tengo hoy. ¡Dios es muy grande!
Colaboró: Obispo Marcello Brayner