“Y cualquiera que te obligue a ir una milla, ve con él dos” (Mateo 5.41)
Este consejo del Señor Jesús es para ser cómo Él que, aún sufriendo afrentas, continuó amando a aquellos que Lo rechazaban y Lo miraban con malos ojos. Debemos amar, sacrificar y darnos por aquellas personas que nos afrentan y se aprovechan de nuestro buen carácter.