La década de 1990 fue difícil para los rusos, que sintieron los reflejos de la crisis económica y política en el país. La quiebra de miles de empresas desencadenó millones de desempleos, seguido por las altas tasas de violencia. La familia del ruso Viacheslav Gusev (foto), hoy de 37 años, fue una de las afectadas por ese colapso financiero. En aquel momento, la situación fue tan grave que incluso impidió los estudios del joven, trayendo frustración y falta de fe en él mismo.
Durante la adolescencia de Viacheslav, el insomnio y las peleas entre él y sus padres eran constantes, lo que lo convirtió en un alcohólico. “Pasaba 4 días bebiendo, pensando que podía dominar la adicción. Pero cuando traté de detenerme, descubrí que era un adicto”, detalla.
Con el tiempo, el alcohol ya no era suficiente, entonces recurrió a la marihuana, a la heroína y a las anfetaminas. “Pero yo quería cambiar, ya estaba cansado de tener una vida arruinada. Comencé a buscar ayuda en varios lugares, pero en ningún de ellos encontré la solución.”
En el 2003, cinco años después de la inauguración de la Universal en Rusia, Viachaslev recibió una invitación de un conocido y fue a la iglesia ubicada en la capital, Moscú. “En la primera reunión ya tuve la certeza que allí mi vida cambiaría. Después de dos meses recibí el Espíritu Santo y fui levantado a obrero, en el 2008 ya fui pastor auxiliar”, cuenta.
Ministerio aprobado
En el 2012, el ministerio de Viacheslav conquistó un nuevo rumbo con su casamiento con la uruguaya María Fernanda Varela, de 33 años. Juntos, unieron el deseo de hacer nuevos discípulos por todo el mundo, pasando por otras iglesias del continente europeo, en países como España, Moldavia y Letonia.
Actualmente en San Petersburgo, en Rusia, el día 22 de marzo último, Viacheslav fue consagrado por el pastor Éder Figueiredo, responsable por la Universal en Rusia, convirtiéndose en el 2° pastor nativo del país. “Esta consagración es la confirmación de Dios en nuestra vida, mostrando que Él tiene grandes planes en nuestro ministerio”, dijo el pastor consagrado.
El nuevo pastor, que además de ruso, habla portugués y español, revela un sueño: “Mi mayor expectativa es que, así como sucede en Brasil, habiendo desarrollado la iglesia con muchos pastores, lo mismo ocurra en Rusia”, concluye Viacheslav, que es el fruto de un arduo trabajo de la Universal en un país marcado por tantas crisis.
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