El matrimonio de Rosana Montaña estaba al borde de la separación. Estaban enfrentando una crisis en que las peleas, los insultos y las agresiones físicas eran una constante en el hogar. Sin embargo, cuando descubrieron el poder del Dios Vivo, su historia cambió para siempre.
“Yo era una persona muy celosa, por todo le hacía problemas a mi marido, el nerviosismo se apoderaba de mí y me enceguecía. Recuerdo que me volvía agresiva y hasta llegué a tratar mal a mis hijos por cualquier cosa que me irritara, no podía controlarme en esos momentos. En el fondo, me sentía incomprendida, muchas veces pensé que mi esposo no me quería y me sentía completamente perdida”, reconoce Rosana al recordar esa etapa de su vida.
Además de los conflictos matrimoniales, estaban enfrentando un difícil momento a nivel económico, no tenían para comer ni para cubrir las necesidades básicas de la familia.
“Ya no soportaba más esa situación, pensaba que separarnos era la solución, pero al mismo tiempo, sabía que lo quería y que sin él no era nada”, recuerda. Cuando tuvimos la oportunidad de acercarnos a la Universal, comenzamos a participar de las reuniones y fuimos notando cambios. Perseveramos e insistimos en las cadenas de oración por la familia y el matrimonio se recompuso, económicamente avanzaron y lograron tener paz en su interior. “Hoy tenemos una relación plena, mis celos y el nerviosismo desaparecieron, prosperamos y disfrutamos de una vida de calidad. Ahora somos una familia realmente feliz”, afirma junto a la familia.
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