“Porque Mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos Mis caminos, dijo el SEÑOR. Como son más altos los cielos que la tierra, así son Mis caminos más altos que vuestros caminos, y Mis pensamientos más que vuestros pensamientos.”
(Isaías 55:8-9)
La mente humana, incluso la del más inteligente de los hombres, es limitada. Limitada porque el ser humano es limitado. Todo lo que podemos pensar e imaginar no se compara al pensamiento de Dios. Todos los caminos que podemos trazar para nuestro futuro no se comparan a los caminos de Dios.
Es por eso que podemos depositar toda nuestra confianza en el Altísimo. Sea lo que sea que usted haya planificado, no es mejor que lo que Él planificó. Y lo que Él planificó es infalible. Todo lo que Dios planifica para los que creen, se cumple. Toda la Palabra que sale de Su boca prospera. Quien se entrega en esa confianza, ve lo que jamás imaginó ver. El pensamiento humano es pequeño, la visión natural es limitada. Pero la sobrenatural ve lo imposible.
No sabemos lo que es mejor para nosotros. No conocemos lo que Él conoce. Para los que no creen, eso es un motivo para la ansiedad y el miedo. Sin embargo, para los que creen, eso es un motivo de alegría. No conocemos, no sabemos, pero tenemos a nuestro lado a Aquel que sabe todas las cosas, conoce todas las cosas y quieren nuestro bien. Esa certeza motiva la entrega del cuerpo, del alma y del espíritu, sabiendo que, sin sombra de duda, Sus pensamientos se materializarán en nuestra vida. Y que nada – absolutamente nada – será capaz de modificar lo que Él preparó.
Los pensamientos de Dios son más altos que los suyos. Lo que Él tiene para usted es inimaginable.
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Fuente: Libro “El Pan nuestro para 365 días”, del obispo Edir Macedo