Aún te falta una cosa: vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme. Lucas 18:22
Jesús estaba hablando con un joven que era muy, muy rico. No era común que un joven sea rico, por lo tanto se presume que había heredado la riqueza de su padre. Él sabía el valor de una herencia, pero no sabía el valor de una conquista, pues nunca tuvo que trabajar duro para conquistar nada. Este joven quería heredar también la vida eterna y este deseo lo llevó hasta Jesús.
Sin embargo, cuando Jesús fue directo y fulminante en la respuesta, el joven oyó lo que no quería y se retiró triste. En realidad, no vino a buscar la respuesta. Vino a buscar facilidad.
Pero en el mundo de Jesús no hay facilidades. Comparado al mundo en el que vivimos, el mundo de Jesús es cabeza abajo y de atrás para adelante. Es todo lo contrario. En el mundo de Jesús, los últimos serán los primeros, quien es mayor le sirve al menor, y quien da es más feliz que quien recibe. En el mundo de Jesús, el débil es fuerte, los perseguidos son bendecidos, y los enemigos deben ser amados. Él mismo, siendo rico, Se hizo pobre; teniendo autoridad, Se hizo sumiso; siendo maestro, lavó los pies de Sus discípulos. El mundo de Jesús realmente es al revés para quien vive fuera de Él.
Como aquel joven rico, muchos no quieren tamaña transformación en sus vidas. Quieren algo de Jesús, pero no quieren ser incomodados en su manera de vivir. Quieren cosas que solo pueden tener si entran en el mundo de Jesús, pero no quieren dejar las cosas de su propio mundo para obtenerlas. Quieren facilidades. Por eso, cuando descubren que el camino es de sacrificio, vuelven cabizbajos a su propio mundo.
Él explicó eso de otra manera:
“Todo el que procure salvar su vida, la perderá; y todo el que la pierda, la salvará.” — Lucas 17:33
Aplicación: Cuando Jesús le propone algo que pondrá su vida cabeza abajo, acepte la propuesta. Realmente, el resultado final será que usted quedará cabeza arriba.
¿Jesús ya puso su vida “cabeza abajo”? ¿Usted ha vacilado en hacer lo que Él le pide por miedo a que no resulte? ¿Qué piensa usted que hubiera sucedido si aquel joven rico hubiera hecho lo que Jesús le mandó?
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