Cuando se piensan los pensamientos de Dios, estamos en la condición de andar en los pensamientos de Dios, que es andar en Espíritu.
Usted sabe que el gran secreto de Jesús fue tener Sus pensamientos permanentemente unidos a los pensamientos de Dios. Cuando el diablo vino a tentarlo, Jesús estaba preparado para defenderse; cuando el diablo vino y le ofreció el oro y el moro, Él estaba preparado para defenderse y contraatacar. Quiere decir, Jesús, incluso en la condición en la que estamos, la condición humana, tuvo condiciones de vencer al diablo, de vencer el pecado, de vencer el mundo, de vencer la muerte. ¿Por qué? Porque sus pensamientos estaban sumergidos en los pensamientos de su Padre.
Y, obviamente, cuando pensamos los pensamientos de Dios, practicamos los pensamientos de Dios.
Usted sabe que el diablo es espíritu. Ahora, si él es espíritu, ¿como es que puede actuar en este mundo con tanta libertad? Es simple. Él, como espíritu, no puede usar la materia física, a no ser que se someta a sus pensamientos, que es el caso, por ejemplo de cuando Satanás se acercó a Eva; la primera vez en la que el espíritu inmundo se aproximó a un ser humano. Él pudo sugerir sus ideas e inducirla en sus pensamientos a contrariar la voluntad de Dios. Eva los absorbió, los aceptó y sometió su intelecto y sus pensamientos a los pensamientos del diablo.
Ahora, cuando ella absorbió sus pensamientos y los puso en práctica, dio origen al pecado. El diablo no la obligó a tomar la fruta y comerla. Pero él usó los pensamientos de Eva. Y es lo que sucede en los días de hoy, porque desde el momento en que Eva se sometió a los pensamientos del diablo, pasó los mismos pensamientos a su marido, Adán, y los dos entonces concibieron el pecado. A partir de ahí, la humanidad se desarrolló sujeta a los pensamientos de Satanás.
Cuando la persona tiene la mente de Cristo, sus pensamientos están enfocados en la Palabra de Dios y, porque están enfocados en la Palabra de Dios, la persona es fuerte, ella es imbatible por el hecho de pensar como Dios piensa.
Cuando la persona piensa los pensamientos de Dios, actúa de acuerdo con Dios. Cuando la persona piensa los pensamientos del diablo, actúa de acuerdo con el diablo. Esa es la realidad. Créalo o no, le guste o no, esa es la realidad que la Palabra de Dios nos enseña.
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