Recientemente finalicé la lectura del libro Nada que Perder 3, una obra tan valiosa por traer la riqueza espiritual de una historia de vida y de tantas otras: de la fe, de la perseverancia, de la misericordia y del amor.
En cada página pude colocarme como si allí también hubiese vivido/viviendo lo que está registrado: el abrir camino, el concretar, el luchar y vencer del crecimiento de la Obra de Dios en todo el mundo, en pro del mayor bien que es el alma humana. Es un libro que toca, penetra en el alma y nos hace reflexionar hacia lo que hemos hecho por los necesitados, afligidos, víctimas de injusticia, pobres de espíritu y oprimidos. En realidad, no hemos hecho nada.
Estamos perdiendo oportunidades y, por lo tanto, necesitamos realizar lo que Dios espera de cada uno de nosotros; por nuestro llamado, por ser siervos, por ser hijos de Dios, por haber sido hallados por Él, que espera y desea que generemos otros hijos en la fe. La fe que transforma, libera, cura y salva. Es una lectura que trae el refrigerio, la fuerza, el coraje, la garra, la dirección en la caminata de esta fe.
Logré reír en algunos momentos que mostraban situaciones difíciles o incluso imposibles de ser alcanzadas, pero que Dios transformó en éxito para Su gloria. En otros, lloré por los guerreros obispos, pastores, obreros y miembros que dieron y dan sus vidas en pro de otras vidas en el Altar o en el atrio, eso no importa, si la orden es solo obedecer, amar, sacrificar, creer. ¡Dios es tan misericordioso!
Aprendí sobre cómo el silencio puede clamar tanto por nosotros. Y que en este mundo no tenemos que tener apego a nada, sino que debemos dejar la fascinación del mismo para ganar con Dios. Uno de los pasajes interesantes y significantes fue el remarcar que tenemos que ser el ejemplo, que traduce todo sin que ninguna palabra sea dicha. Él atrae lo mejor de Dios hacia nosotros, mientras que el actuar sin pensar nos traiciona.
Me admiré del coraje del obispo Macedo al presentar algo tan polémico y mostrado/tratado por los religiosos y políticos de forma hipócrita, que es el tema del aborto. ¡El recorte bíblico del tema fue, sin duda, espectacular! ¡El tratamiento dado a la adopción también fue emocionante! La oportunidad de conocer al obispo en familia y sus secretos que fueron revelados. Lo comparo a Moisés colocado en un cesto para no morir, al final Dios había trazado un plan para él. Igualmente tuvo nuestro obispo un propósito de Dios desde su gestación, nacimiento con libramiento y cuidados para ser el Moisés de nuestros días. El diablo tuvo sed de tragar la vida de Moisés así como la del obispo para que no ocurriese la trayectoria en busca de sacar a las almas de sus garras.
Recomiendo a todos la lectura, desde el más antiguo miembro de la Universal hasta aquel que todavía está siendo evangelizado o aquel que aún no es simpatizante debido a las influencias y prejuicios de opiniones ajenas, pues han de suceder transformaciones en los corazones, en las mentes y en el espíritu y así el Reino de Dios crecerá.
¡Me siento feliz y glorifico a Dios por formar parte de la familia Universal!
Neli Ribeiro – Obrera de Queimados – RJ